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El jurado del Carnaval de Cádiz de 2000 coincide con las preferencias manifestadas por el público La fiesta gaditana sale a la calle tras la concesión de los premios en el Gran Teatro Falla

El Concurso de Agrupaciones del Carnaval 2000 tuvo como ganadores a los favoritos del público. El Gran Teatro Falla de la capital gaditana acogió la noche del pasado viernes una maratoniana final de casi 10 horas en la que el jurado coincidió con los aplausos más entusiastas del respetable. Hacia las 22.00 salía a las tablas del primer coliseo de la ciudad la comparsa El Tronío de Cádiz, encargada de abrir una ceremonia considerada por muchos como la gran fiesta del Carnaval, y que fue retransmitida en directo para toda Andalucía por Canal Sur Televisión.

En el transcurso del acto, la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, impuso el Antifaz de Oro -la más alta distinción que se concede a la trayectoria artística de un carnavalero- a los veteranos autores Diego Macías y Miguel Pérez Calvente, El Mellao. Los aplausos para el galardonado se mezclaron con los abucheos que hubo de soportar Martínez, y que algunos ediles del PP atribuyeron a la actitud intransigente de los representantes de la oposición, excluidos del palco municipal.La recién iniciada obra de soterramiento de la vía férrea, la inminencia de las elecciones, la polémica en torno a la exclusión de las emisoras de radio locales de su tradicional emplazamiento entre bambalinas o la eterna lucha por la supervivencia de Astilleros conformaron el repertorio de todas las agrupaciones, que pusieron a prueba sus dotes escénicas, el ingenio y el sentido de la ironía que han dado fama a este evento.

Con menos rostros famosos que en otras ediciones, los asistentes al Gran Teatro Falla lograron evitar la atmósfera enrarecida y un tanto avinagrada que había afectado a las fases preliminares del concurso en beneficio del ambiente festivo. Los espectadores del paraíso, popularmente conocido como el gallinero, volvieron a reclamar su protagonismo piropeando y jaleando todas las actuaciones a lo largo de la noche. Cuando el sol asomaba ya por levante, el jurado del concurso hizo público un fallo previsible. En la modalidad de chirigotas, la más disputada de las cuatro que comprende el certamen, el rancio sabor viñero de Los de Capuchinos, de Manolito Santander, se impuso a los aires renovadores de Los Rockeros de La Puebla, liderados por el chispeante José Guerrero, Yuyu.

Por el contrario, el apartado de comparsas premió la constancia y el buen hacer de Tino Tovar y los jóvenes componentes de Los del Año Catapum, una formación que había luchado por el galardón en las cuatro últimas finales y se distingue por su voluntad rupturista.

Entre los coros, Los Desoterraos, de Quico Zamora y Rafael Pastrana, fueron tal vez la única sorpresa del fallo, haciendo valer sus méritos frente a rivales tan experimentados como Julio Pardo, Juan Antonio Lamas o El Coro de los Niños, de Pepe Marchena y Nandi Miguélez. Finalmente, los únicos aspirantes al premio en la modalidad de cuartetos, Doble o Nada, volvieron a señalar a su autor, José Antonio Vera Luque, como último baluarte frente a la crisis que afecta, desde hace ya varios años, a este difícil género.

Con el fin del concurso, el Carnaval de Cádiz se hace dueño de nuevo de su ámbito natural, la calle.

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