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Hombres armados de una tribu de Yemen secuestran al embajador de Polonia

Las autoridades de Yemen aseguraron ayer haber identificado el lugar donde se hallaba el embajador polaco en ese país, secuestrado la noche anterior en Sanaa, la capital yemení, por hombres armados de una poderosa tribu. De acuerdo con un alto funcionario gubernamental, varios mediadores iban a entablar negociaciones en tanto que las fuerzas de seguridad rodeaban ya el escondite. Krzysztof Suprowicz es el diplomático de más alto rango que resulta víctima del chantaje de una tribu yemení a su Gobierno."Miembros de otras tribus de la zona van a colaborar en las negociaciones [para su liberación]", dijo el portavoz. "Confiamos en que el embajador sea liberado sin incidentes", añadió.

Con anterioridad, otros funcionarios habían informado de que fueron miembros de la tribu Beit al Qairi los que secuestraron a Suprowicz el día anterior. Su objetivo es, según esas fuentes, obtener la puesta en libertad de uno de los suyos que se encuentra en prisión. Al parecer, tras su captura, los secuestradores trasladaron al embajador a su feudo en la zona de Jaulán, al este de Sanaa.

Suprowicz, en la cincuentena, regresaba al coche tras dejar a su hija en la consulta de un dentista en el centro de Sanaa cuando fue interceptado por los secuestradores. Desde Varsovia, las autoridades polacas pidieron ayer a Yemen que asegurara la liberación sin daños del embajador.

Polonia mantiene relaciones amistosas con Yemen y no considera que su diplomático fuera un objetivo por razones políticas. "Lo consideramos obra de bandidos y no otra cosa", manifestó un portavoz.

Se trata del primer secuestro de un embajador europeo en Yemen, país árabe de escasos recursos que está situado en el extremo suroccidental de la península Arábiga. El secuestro de occidentales es relativamente frecuente en Yemen, en la mayoría de los casos por parte de tribus que tienen contenciosos con el Gobierno o con compañías de petróleo extranjeras. Desde hace 10 años, también han sido víctimas de estos chantajes diplomáticos de menor rango de Arabia Saudí, Francia y Estados Unidos. En la mayoría de los casos, los secuestrados han recuperado la libertad sin mayores daños, aunque en 1998 cuatro turistas occidentales resultaron muertos cuando el Ejército entró en el escondite donde se custodiaba a un grupo de 16 rehenes.

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