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Aranzadi precisará otros tres años para datar los restos de Irikaitz

Mikel Ormazabal

La Sociedad de Ciencias Aranzadi necesita al menos otros tres años para afinar la cronología de los restos prehistóricos hallados en el yacimiento de Irikaitz, en Zestoa, muy cerca de la cueva de Ekain, según reconoció ayer en San Sebastián el arqueológo y profesor de la UPV Álvaro Arrizabalaga.El yacimiento de Irikaitz, hallado en 1996 por el grupo prospectivo Etxadi, de Azpeitia, ocupa una superficie de unas seis hectáreas de terreno al aire libre donde se han localizado un conjunto de materiales prehistóricos cuya antigüedad está todavía por determinar.

Las primeras investigaciones, explica Álvaro Arrizabalaga, invitan a pronosticar que pertenecen a una época inicial del Paleolítico Superior, "quizás del Gravetiense o del Auriñaciense", que en cualquier caso "no serían los más antiguos del País Vasco". Este miembro de Aranzadi advierte de que la relevancia de estos restos del Paleolítico "no reside tanto en la antigüedad de los materiales como en que se encuentran estratificadas en su contexto".

Álvaro Arrizabalaga y el presidente de Aranzadi, Jesús Altuna, pronunciaron ayer en la sede de esta sociedad arqueológica una conferencia acerca de la réplica en contrucción de Ekain y así como de las excavaciones en el yacimiento de Irikaitz, dos de las líneas de investigación desarrolladas por la sociedad a lo largo del año pasado en Guipúzcoa.

Estudios en laboratorio

Sobre la colección de industria lítica localizada en Irikaitz, Arrizabalaga señaló que el equipo de investigación ha enviado una muestra a un laboratorio francés para fijar la cronología de los restos prehistóricos, "aunque la datación entraña una gran complicación y nadie nos garantiza una precisión muy fiable, por lo que en último término tendríamos que recurrir al método comparativo con otros materiales similares encontrados en la franja del Cantábrico, en Aquitania y en la meseta norte".

Su proximidad con la gruta de Ekain, un santuario de la pintura rupestre del que se está fabricando una réplica en Francia para instalarla en el valle de Sastarrain, en Zestoa, le confiere a Irikaitz un valor añadido, pues "donde termina la secuencia histórica de Irikaitz empieza la de Ekain", afirma Arrizabalaga, quien apostilla que "en esta zona la visita humana durante todo el Paleolítico ha sido muy frecuente". En un radio reducido de espacio hay yacimientos del Magdaleniense, Solutrense, Gravetiense o Musteriense.

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Otra de las peculiaridades de Irikaitz consiste en que los restos, utensilios de piedra en su totalidad, "han permanecido sedimentados en su sitio, pese a las numerosas alteraciones que ha sufrido el paisaje desde los años veinte hasta la actualidad". No obstante, Arrizabalaga asegura que muchos vestigios "han desaparecido por encontrarse en un terreno expuesto al agua de la lluvia".

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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