La M-45 discurrirá entre taludes al pasar por los nuevos barrios del sur

La futura M-45, una carretera de hasta 10 carriles que enlazará el este y el sur de la región entre la M-40 y la M-50, discurrirá en su tramo central (entre la N-III y la N-IV) oculta entre murallones de tierra de 10 metros de altura a su paso por los nuevos barrios que crecerán al sur de la región. De esta manera, la Comunidad intentará disminuir el impacto acústico y medioambiental que esta autovía de 47.000 millones de presupuesto producirá en las miles de viviendas que la rodearán en próximos años.

La M-45, que recibe este nombre por discurrir paralela entre la M-40 y la M-50, atravesará los nuevos barrios de Vallecas, Valdecarros, Vicálvaro y los Berrocales, donde el Ayuntamiento de Madrid planea construir más de 100.000 viviendas (unos 300.000 vecinos). Para reducir el impacto de esta infraestructura, los técnicos regionales han pedido a las constructoras que levanten grandes murallones de tierra (denominados técnicamente carballones) de hasta 10 metros de altura a lo largo de unos 10 kilómetros. Los carballones serán posteriormente reforestados con plantas y árboles de las áreas que atraviesa la autovía. La zona por donde discurrirá en trinchera la M-45 es la comprendida entre la N-III y la N-IV, según el Gobierno de la Comunidad.El presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, que ayer visitó las obras de la futura carretera, destacó que el proyecto es "absolutamente respetuoso" con el medio ambiente y ha sido diseñado con "técnicas innovadoras de alta calidad". La autopista de circunvalación, además de salvar tres carreteras nacionales y tres autopistas de peaje (en proyecto), deberá salvar la línea del AVE Madrid-Barcelona, el río Jarama y un tramo del parque del Sureste.

Taludes

Según el consejero de Obras Públicas, Luis Eduardo Cortés, una de las novedades técnicas de esta autovía es la recuperación de los materiales que se obtienen en las obras. "El 70% de los materiales extraídos [tierras, piedras, sepiolita...] se volverá a utilizar para levantar los taludes o murallones en la autovía", indicó Cortés.

Los ingenieros han ideado además un original sistema para reutilizar la sepiolita (piedra menos pesada que el agua y abundante en el sur y este de la región). Este material, que tiene poca utilidad en las grandes obras de ingeniería, mezclado con cal y agua, adquiere una gran resistencia y dureza y sirve para levantar fuertes taludes sobre los que soportar la autovía de circunvalación.

La M-45, de 36 kilómetros de longitud, tendrá dos calzadas con tres carriles por sentido de la circulación (aunque en algunos tramos llegará a los cinco), separados por arcenes exteriores de 2,5 metros, otros interiores de un metro, además de una mediana de más de 10 metros de anchura, en previsión de una posible ampliación del número de carriles.

Su construcción se financiará mediante el sistema denominado peaje en la sombra, que consiste en una concesión administrativa a empresas privadas que asumen los gastos de construcción, conservación y gestión de la carretera. A cambio, reciben del Gobierno regional un canon anual, que varía en función del número de vehículos que la atraviesan.

Ruiz-Gallardón destacó ayer que la M-45 "es un intrumento del Gobierno de Madrid que tiene como objetivo que el sur y el Corredor del Henares sean protagonistas, sin dependencia de la red viaria de la capital, de su desarollo económico, industrial, comercial, urbanístico y de servicios".