Debate en televisión
El sondeo de EL PAÍS ha debido dejar desconcertado a más de uno de los candidatos. Al PSOE, me imagino, le ha venido como anillo al dedo, aunque en público sus representantes deban expresar cautela y recelo tal y como lo manifestó Chaves. Y no es para menos, sabiendo que en los últimos tiempos las encuestas no siempre han coincidido con los resultados reales. Sólo el día 12 sabremos si Chaves necesitará de IU o del PA para gobernar cuatro años más o asistiremos a un ciclo de mayoría absoluta.Mientras tanto, esperamos el debate en Canal Sur. No sé la incidencia que pueda tener un debate de estas características. Sabemos que se producen tensiones extraordinarias entre los jefes de campaña y los profesionales del medio por aspectos como el nombre del moderador, los temas de discusión, los tiempos y orden de intervención..., pero si se hubiera emitido a las 23.30, como estaba previsto hasta ayer a última hora, cuando se adelantó a las 21.30, no lo hubiera seguido una audiencia mayoritaria. Y si no se consigue el objetivo de que una parte muy importante de futuros votantes pueda asistir a la discusión de las diversas propuestas, ¿cuál es el sentido del encuentro? Reconozco que mi ignorancia de las programaciones noctámbulas de Canal Sur puede seguramente incapacitarme para comprender la razón de que se hubiera previsto inicialmente un debate tan trasnochador.
De la candidata popular ha surgido una propuesta curiosa relativa al empleo femenino. Propone conceder a las amas de casa con experiencia en cuidado de niños, ancianos y minúsvalidos un certificado curricular que les capacitará para acceder a trabajos sociales por cuenta ajena. Es prácticamente conceder a toda ama de casa una titulación básica de auxiliar social o de salud. La medida más bien parece una rebaja educativa. Uno piensa más rentable que esa ama de casa pueda participar en programas de educación de adultos y de formación profesional a fin de hacerse con una verdadera titulación profesional. Pero estoy dispuesto a aceptar que no he captado todavía el afán revolucionario de la candidata del PP.
Y atención al pacto social anunciado por Chaves: nos habla de un cambio de ritmo, de una Andalucía emprendedora (¡atención!: es la palabra de los nuevos tiempos) y de una mentalidad de innovación. Mucho tendrá que trabajar el futuro gobierno, sea monocolor o compartido, para cambiar actitudes y dependencias incrustadas durante años. Cuando una parte muy importante de jóvenes andaluces a lo que aspira es a formar parte del colectivo de 206.000 funcionarios autonómicos merece la pena reflexionar sobre el modelo de Comunidad que se quiere construir.
JAVIER ARISTU
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