La Audiencia de Madrid juzgará por asociación ilícita al acusado de matar a Aitor Zabaleta y a otros 10 'ultras'. La juez y el fiscal se opusieron a abrir una causa por asociación ilícita
Ricardo Guerra, acusado de asesinar al seguidor de la Real Sociedad Aitor Zabaleta, y otros diez ultras serán juzgados por asociación ilícita, según un auto dictado ayer por la Audiencia de Madrid. Es la primera vez en España que un grupo de jóvenes supuestamente neonazis acaba en el banquillo por asociación ilícita, uno de los delitos introducidos en el nuevo Código Penal. Guerra se someterá por tanto a dos juicios: uno que empieza mañana, en que es el único acusado, por el homicidio de Zabaleta, y el segundo, más adelante, en el que se sentará con otros diez miembros de Bastión, el grupúsculo del Frente Atlético al que se atribuye el plan para matar a un seguidor del club donostiarra.La Audiencia estima que hay indicios de que los 11 acusados formaban parte de una organización que "aprovechaba los partidos de fútbol para desplegar conductas violentas". Zabaleta fue apuñalado junto al Vicente Calderón el 8 de diciembre de 1998, momentos antes del partido que enfrentó ese día al Atlético con el conjunto blanquiazul.
Con su decisión de sentar a Guerra y sus amigos en el banquillo por delitos de desórdenes y asociación ilícita, la Audiencia da un vuelco al sumario. Antes de esta decisión, la juez instructora había desglosado las diligencias y decretado la celebración de dos juicios: uno contra Guerra solo (el que comienza mañana con jurado popular) y otro contra Guerra y sus compañeros, pero sólo por desórdenes públicos. Es decir, la juez entendió, con el apoyo de la fiscalía y contra el criterio de las acusaciones particulares, que no había ndicios de que las 11 ultras hubiesen constituido "una asociación ilícita" para delinquier y atacar a personas por sus ideas.
Al añadir al delito de desórdenes públicos el de asociación ilícita, la Audiencia asume el enjuiciamiento de este segundo sumario. Es decir, Guerra y sus amigos ya no serán enjuiciados en un juzgado penal, sino por la propia Audiencia, dado que las penas que suman ambos delitos rebasan los cinco años de cárcel, lo que escapa de la competencia de los juzgado penales.
La Fiscalía de Madrid pide una condena de tres años de prisión para cada uno de los procesados y otro año más para cada uno de los acusados de resistencia. Tanto la juez como el fiscal se opusieron a que fueran encausados también por asociación ilícita, por lo que la acusación particular ejercida por el Movimiento contra la Intolerancia presentó el recurso ante la Audiencia, que ahora ha sido aceptado.
Esta acusación pedirá penas de hasta seis años, tres por cada delito, para los miembros de Bastión. Además, solicita un año más de prisión y 12 de inhabilitación para el fundador del grupo, Miguel Ángel Marcos Bueno, y que los 11 acusados no vuelvan a pisar un estadio de fútbol ni San Sebastián durante cinco años.
Los 11 acusados son Ricardo Guerra, Carlos Alfonso de Bedoya, Ignacio Racionero, Miguel Ángel Marcos Bueno, Pablo Román Ruiz, José Ismael Blázquez, Jorge Mallea Ferro, Alexis Sekulitis, José Luis López Sánchez, Juan Ignacio Calderón e Israel Gonzalo Canabal. El fiscal y la acción popular les acusan de haberse puesto de acuerdo para "alterar la paz pública", "acosando", "amenazando", "insultando" y "agrediendo" a aficionados del equipo donostiarra. "Todos los acusados eran pertenecientes o simpatizantes del grupo radical de aficionados Bastión 1903, caracterizado por su comportamiento violento en los estadios de fútbol, con concomitancias con grupos o tribus urbanas skin head y de ideología neonazi", afirma el fiscal.
La acusación del Movimiento contra la Intolerancia dice que formaban Bastión miembros escindidos del Frente Atlético, vinculados con la organización ilegal neonazi Bases Autónomas.
