El miedo hace héroes en Israel

Yihal, un soldado de 20 años, se ha convertido en bandera de los pacifistas por negarse a ir a la guerra de Líbano

El soldado Yihal Ben Moshe es ya un símbolo. El caso de este muchacho de 20 años que ha sido encarcelado por negarse a combatir en el sur de Líbano por miedo, se ha convertido en la bandera de los sectores pacifistas de la sociedad israelí que exigen una retirada militar incondicional e inmediata de un frente en el que no dejan de acumularse las víctimas.La movilización popular en torno a este caso supone un giro transcendente en la moderna historia de Israel, donde, hasta ahora, el Ejército y los militares han venido desempeñando un papel casi sagrado.

Yihal Ben Moshe acaba de ser condenado a 28 días de cárcel por negarse a volver al sur de Líbano, donde desde hace cerca de veinte años el Ejército de Israel combate con la guerrilla fundamentalista libanesa de Hezbolá. Este joven recluta, que llevaba siete meses en filas, había dado a sus superiores una simple y categórica razón para no ir al frente: "Tengo miedo".

El caso del soldado Yihal, el tercer y último hijo de una humilde familia de nuevos inmigrantes rusos afincados en Israel desde 1972, ha llamado la atención de las organizaciones pacifistas y de izquierdas, especialmente de la plataforma unitaria New Profile, que desde hace tiempo impulsan una campaña a favor de una retirada inmediata y unilateral del sur de Líbano, sin esperar al plazo del 7 de julio planteado por el primer ministro Ehud Barak.

"Yihal es un héroe, porque tuvo la valentía de reconocer su miedo", aseguraba ayer Michael Pundar, portavoz de New Profile, mientras afirmaba que detrás de la negativa de este soldado no se esconden razones políticas, sino "algo tan básico y simple como el miedo" a continuar participando en una guerra de la que "mucha gente no comprende las razones".

La organización que lidera Pundar ha impulsado una serie de movilizaciones por todo el país en apoyo de Yihal y de otros soldados que como él se niegan a combatir en el frente.

El gesto de Yihal es la culminación de un proceso iniciado hace cerca de dos meses, cuando los soldados destinados al frente de Líbano empezaron a hablar, en voz alta y a través de la prensa, de sus sentimientos, del miedo y de la impotencia que sienten cada día en sus posiciones cuando son el objetivo del fuego de los guerrilleros de Hezbolá.

La voz de los soldados, hasta ahora en silencio, está siendo aireada a los cuatro vientos por la propia cadena estatal Radio Israel gracias a la colaboración de su corresponsal militar, Carmela Menashe, que desde las posiciones del frente recibe a diario la llamada y las quejas de los jóvenes reclutas. "Son unos blandengues y unos llorones", ha asegurado el general Gaby Ashkenazy, comandante en jefe de las tropas en el norte del país, contestando así a las quejas de los soldados, de sus familiares y de las organizaciones pacifistas que les dan apoyo. Los insultos de este militar han provocado las iras de los activistas, que le han obligado a dar marcha atrás y a pedir públicamente disculpas.

Pero el fantasma y el recuerdo de la guerra de Vietnam -que empezó a perderse en cuanto la televisión dio la voz a los soldados- empiezan a preocupar a los mandos del Ejército, que insisten en la necesidad de silenciar estos casos, al tiempo que han ordenado el reforzamiento de los equipos de psicólogos y asistentes sociales que trabajan con las tropas en el norte.

[Los hechos confirmarían el miedo de Yihal. Ayer, dos militares israelíes y un civil libanés resultaron heridos en los combates que libraron aviones de la fuerza aérea de Israel y guerrilleros de Hezbolá en el norte de la denominada "zona de seguridad", en el sur de Líbano. Así lo confirmó el portavoz del Ejército israelí, que añadió que los cazabombarderos de su país atacaron posiciones en regiones próximas a Yábel Safi y Májdal Slim. Otros dos milicianos del proisraelí Ejército del Sur de Líbano (ESL) también resultaron heridos ayer tras una acción militar de Hezbolá, según fuentes policiales. El incidente se produjo cuando los guerrilleros de Hezbolá atacaron una posición del ESL en Taibe, informa Efe].