Mao es su guía JUAN JOSÉ MILLÁS

Y bien, Andalucía necesita una revolución. No lo digo yo, lo dice Teófila Martínez en su propaganda electoral. Es probable que Chaves se haya vuelto de centro. Hay que acabar con el centrismo, es necesario sacudir a Andalucía de arriba a abajo, grita Teófila Martínez, agitando violentamente la cabeza, que se parece a la cabeza de un fósforo a punto de encenderse. Y se enciende, pues su melena rubia imita con frecuencia los movimientos de una tímida llama. No es una candidata, es una cerilla, una antorcha, si ustedes quieren, empeñada en iluminar al campesinado andaluz en su larga marcha hacia la sede del Gobierno autónomo. Uno es víctima de sus verdades y esta mujer acaba de concebir la revolución agraria, quizá incluso una revolución cultural. Mao es su guía.Cabría preguntarse por qué el PP se muestra revolucionario en los sitios en los que pretende ganar y centrista en los que sólo quiere mantenerse. Pero eso es un efecto óptico. El PP está revolucionario en todas partes. De hecho, Aznar ha prometido una "segunda revolución fiscal". De nuevo la palabra revolución, como ustedes ven. El propio Frutos asegura que Aznar está ofreciendo a los electores el proyecto de la izquierda. "Si los populares continúan así, van a cumplir nuestro programa antes de que lleguemos al Gobierno", se queja el líder de IU. Más aún, el domingo pasado (el domingo, sí, el día del Señor) Aznar aseguró que no creía en los oligopolios ni en los monopolios ni en la Santísima Trinidad. ¿Es centrista no creer en la Santísima Trinidad? Vale que no crea en el Padre, o en el Hijo, incluso en el Espíritu Santo, pero no creer en la Santísima Trinidad en su conjunto es muy fuerte para un centrista que va a misa de doce todos los domingos. A este paso, Aznar va a rebasar por la izquierda a todos los partidos. Quizá donde más tradicional se mantiene es en el asunto vasco, pues dice del PNV las mismas cosas, y en el mismo tono, que antes de ganar las elecciones del 96. Luego se enamoró de Arzalluz.

Curiosamente, acaba de llegar a las librerías un libro de Marta Harnecker, La izquierda en el umbral del siglo XXI, que puede iluminar un poco todo este lío. Marta Harnecker es también la autora de un manual en el que mucha gente estudiaba la propiedad de los medios de producción mientras los jóvenes Aznar y Teófila debatían el misterio de la Santísima Trinidad. En su nuevo libro, la escritora chilena nos advierte de que la derecha ha adoptado el lenguaje de la izquierda, de manera tal que no hay forma de diferenciar las propuestas políticas de unos de las de los otros.

Parece que ha sido escrito para nosotros y para este momento. Ahora se comprende mejor el discurso de Teófila Martínez. El propio Aznar dijo en su día que para ganar a un rojo nada mejor que otro rojo. Y contrató a Miguel Ángel Rodríguez, porque tenía barba. Cuando se dio cuenta de que la barba en sí misma no es garantía alguna de pensamiento, se desprendió de él y contrató a Piqué, que tenía un pasado revolucionario. Pero volvió a confundir la velocidad con el tocino del mismo modo que había confundido el medio ambiente con Isabel. Ahora se lo ha confiado todo a Teófila, que ha hecho de la revolución el primer punto de su programa. Pero el último sondeo de Demoscopia da casi la mayoría absoluta al PSOE en Andalucía. Y es que hay que leer, Teófila. Mejor aún: hay que haber leído. Y un respeto para la Santísima Trinidad, que uno, aunque ateo, es devoto del pensamiento paradójico.