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La Universidad Autónoma recupera la masía de Can Miró y la destina a sede de la nueva escuela de doctorado

La Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha recuperado una de las viejas señas de identidad de su campus de Bellaterra, la masía de Can Miró, para albergar la Escuela de Doctorado y de Formación Continuada (EDFC), que ayer inauguró el comisionado para Universidades e Investigación de la Generalitat, Andreu Mas-Colell, acompañado por el músico Jordi Savall que, acompañado por Arianna Savall, interpretó un concierto de música medieval. La nueva sede de la EDFC está formada por la mencionada masía restaurada, interconectada con un módulo nuevo, de estética moderna y funcional, que ha sido concebido por el arquitecto barcelonés Eduard Bru, director de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona de la Universidad Politécnica de Cataluña. El presupuesto de este nuevo edificio ha sido de 170 millones de pesetas. La masía de Can Miró, del siglo XVIII, es el único referente paisajístico que sobrevive a la época anterior a la llegada al Vallès Occidental de la UAB, cuando fue creada a principios de la década de los setenta. La masía ha sido reconstruida por una escuela taller, bajo la supervisión del propio Bru, con un presupuesto de 50 millones de pesetas.

La vieja masía acoge la dirección y administración de la EDFC, mientras que el edificio anexo dispone de seis aulas con capacidad para 24 personas, una sala de grados con capacidad para 70 personas, una sala de juntas para 22 personas y los locales para la dirección y la administración, tales como la atención al alumnado y la tramitación de los certificados y títulos.

La EDFC inició sus actividades en octubre de 1994 con la voluntad de potenciar los estudios de tercer ciclo, además de encargarse de la gestión global de los estudios de posgrado y de formación continuada de la UAB, que cuenta en la actualidad con unos 12.000 estudiantes de tercer ciclo y unos 34.000 de primero y segundo. Según el rector Carles Solà, la UAB es la universidad española con mayor número de doctorandos en términos relativos.

La importancia de esta escuela estriba no sólo en el factor de prestigio, sino también en el hecho de que la EDFC, como explicó ayer su director, Carles Perelló, se autogestiona, ya que la Administración no tiene presupuestos explícitos para los estudios de doctorado.

Éste es un aspecto a tener en cuenta también en lo que se refiere a la formación continuada, que la UAB no solo impartirá en la nueva escuela inaugurada ayer, sino también en la Casa de Convalecencia del Hospital de Sant Pau, en Barcelona y, a partir del próximo curso, en la Fundación Industrias de la Información del campus de Sabadell.

El rector Solà quiso destacar ayer que en el Tratado de Amsterdam, la Unión Europea adquirió el compromiso de que cada país destinara el 1% del PIB a la formación continuada. La UAB, dijo, "destina un 1,1% del PIB".

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Manolo S. Urbano

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