Electricidad para las 'pymes' catalanas y gas para el País Vasco

"IU defiende un modelo de desarrollo económico y social alternativo" que "respete el medio ambiente". Con esa máxima pretende "cerrar las centrales nucleares", "promover el desarrollo de las energías renovables", "establecer ecotasas sobre las energías no renovables" y apostar "por el ahorro energético". El "abandono de la energía nuclear" es la estrella de su programa, pues el cierre de las dos centrales más antiguas de España -Zorita, en Guadalajara, y Garoña, en Burgos- ha sido pactada en el acuerdo con el PSOE. IU, además, propone "un cierre progresivo del resto antes del año 2005", y ello "vinculado al rechazo de instalación de cementerios nucleares y el cierre de los existentes". Esta vinculación no explica qué hacer con los residuos de baja y media actividad que se almacenan en El Cabril (Córdoba) ni con los de alta densidad ahora en las piscinas de las nueve centrales en funcionamiento. Las energías renovables y el ahorro son la alternativa de IU a las nucleares. Además, defienden "la implantación de un impuesto sobre la energía con carácter finalista" que penalice los efectos externos (contaminación, efecto invernadero...) de las no renovables, así como medidas para promover las renovables. También impondrían "un etiquetado obligatorio" que indique "el consumo energético y la eficiencia de todo tipo de aparatos".

"Privatizar un monopolio no garantiza ninguna competencia". Con esta frase, la diputada del PSOE Arantxa Mendizábal resumió, ante el Club de la Energía, la principal crítica de su grupo a las privatizaciones del PP -también en gas y electricidad- en estos cuatro años. El programa socialista se compromete a "una defensa seria de la competencia" con "una política orientada a otorgar derechos de elección a los consumidores y ciudadanos" en vez de una -la del PP, dicen- que "conduzca a oligopolios privados". Para ello, en los "servicios básicos" (incluida la energía) "recientemente privatizados" fomentarán "un número suficiente de empresas independientes" y acelerarán "el ritmo de atribución de derechos de elección del consumidor". Esto significa que "el 100% de los consumidores" podrá elegir qué compañía eléctrica le suministrará la luz en el año 2002, cuando ahora está previsto para 2007, y que "el régimen transitorio del gas acabe antes de 2002", cuando el Gobierno del PP ha garantizado 10 años de periodo transitorio, es decir, de monopolio. Además, promulgarán "una nueva Ley de Defensa de la Competencia" que refuerce "las funciones, medios e independencia del Tribunal de Defensa de la Competencia", y ampliarán "las atribuciones de los organismos reguladores", incluido la Comisión Nacional de la Energía, que ahora ven cautiva del PP.»

El compromiso del centro del Partido Popular está salpicado, en lo que a energía se refiere, de compromisos para todos los gustos sin fecha de cumplimiento. En el sector eléctrico aumentarán "la competencia hasta alcanzar la libertad de elección del consumidor". En el gas, el PP "considera que su liberalización plena es indispensable". También "impulsarán un mercado más competitivo en la distribución de gasolinas". Y "se compromete a seguir trabajando para garantizar la máxima seguridad en el funcionamiento de las centrales nucleares, así como a propiciar una solución efectiva al problema de la gestión definitiva de los residuos de alta actividad". El PP, además, "promoverá la implantación de las energías renovables" para que "la aportación de dicho tipo de energías a la demanda energética de España alcance un mínimo del 12% en el horizonte del año 2010". Asimismo, fomentarán "la eficiencia energética" con "un programa de eficiencia energética y energías renovables en edificios públicos". También pondrán "en marcha un ambicioso programa de políticas y medidas de lucha contra el cambio climático para cumplir con los compromisos de la cumbre de Kioto". Y todo ello, dice a lo largo de sus 215 páginas El compromiso del centro, sólo es la "profundización" del "camino emprendido" por "el primer Gobierno del PP".