Casillas: "Los elogios de ahora eran palos hace tres meses"
Los juicios de crítica y público coinciden esta vez: Iker Casillas fue uno de los triunfadores del Madrid-Barça. En uno de esos partidos de rango superior que exigen el máximo de cada jugador, contra el eterno rival y en un Bernabéu repleto, el joven portero se manejó con una soltura impropia para sus 18 años.Tan impropia como la frialdad con la que digiere las alabanzas que ahora recibe. "Soy de los que no olvidan las cosas. Ahora son elogios, pero hace tres meses eran palos. Lo que tengo que hacer es seguir trabajando igual. Para mí el Madrid-Barça está olvidado", afirma rotundo.
Hoy quizás, pero ayer volvió a recordarlo. Por la mañana entrenó en el Bernabéu (para los titulares del sábado apenas 45 minutos de carrera continua y estiramientos), del que marchó raudo hacia su casa. Comida familiar y, de sobremesa, sesión de vídeo. En el sillón de su casa, Casillas volvió a jugar el Madrid-Barça. Se vio desviando a córner un tiro envenenado de Figo; se recreó con su mano a mano con Luis Enrique; y disfrutó, ayer sí, con un Bernabéu lleno, puesto en pie para corear su nombre: "Iker, Iker, Iker..."
"Durante el partido no te enteras de nada. Lo oyes, es imposible no hacerlo, pero estás pendiente del partido. En casa es otra cosa", explica el joven guardameta. Y confiesa: "Alguna vez lo había pensado: 'qué bonito tiene que ser que la gente coree tu nombre'. He sentido una emoción muy grande. Se me han puesto los pelos de punta".
"No me siento titular"
Es su único momento de autocomplacencia, que rápidamente abandona para volver a la humildad, al trabajo, al día a día, a la calma. "En estos partidos todo se revaloriza mucho más, pero sigo sin sentirme titular. Estoy jugando circunstancialmente, pero cualquier domingo puedo volver al filial", asegura.
Quizás esos palos que recibió tres meses atrás, y que dice que no ha olvidado, hacen que Casillas se acuerde de su rival en la noche del sábado: Arnau. Ahora los palos son para él, y al madridista no le parece justo. "Arnau estuvo bien. El único pero que se le puede poner es el gol de Roberto Carlos, pero el resto del partido estuvo bien. En el segundo tanto despejó el tiro de Morientes y cuando el balón le llegó a Anelka no podía hacer nada. En el tercero pasó lo mismo. La gente no debe señalarle", explica en descargo del azulgrana.
Casillas no olvida. Ni las críticas, ni los viejos amigos. Ni las viejas costumbres. La tarde del domingo la ocupa con la novia, la pandilla y una hamburguesa. Tiene 18 años. 24 horas antes, 75.000 gargantas corearon su nombre.
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