Erica no quiere ser egipcia
El caso de Erica habría pasado inadvertido en un mundo saturado de dramas de no ser porque su madre decidió ponerlo en manos de los medios de comunicación. La historia se parece como una gota de agua a tantas otras batallas legales por la custodia de los hijos que se desatan entre parejas separadas. En este caso una pareja mixta, integrada por un padre egipcio y una madre italiana, separados además por una barrera de 20 años de edad (la madre tiene 32, el padre 52). Erica, la mayor de las dos hijas del matrimonio, ha sido la primera en enfrentarse nada más cumplir los 12 años a la ley egipcia, sancionada por el tribunal que vio el caso de divorcio entre sus padres. Una ley que otorga la patria potestad de los hijos al marido, tras superar éstos los 12 años de edad.Erica (nombre falso de la pequeña) y su hermana Marta, de ocho, han vivido con su madre italiana en Kuwait City desde que la pareja se trasladó a este país poco después del matrimonio celebrado hace 14 años. En Kuwait se rompió la pareja, aunque el divorcio fue resuelto ante un tribunal egipcio. A partir de ese momento las niñas se quedaron en la casa materna y las relaciones con el padre se limitaron a las visitas estipuladas. Pero cumplidos los 12 años, la ley llamó a la puerta obligando a la madre y a la niña a reaccionar. El 16 de enero pasado, Stefania, la madre de Erica, que trabaja en Kuwait como profesora, puso a la niña en un taxi y dio instrucciones al conductor de que la llevara a la embajada de Italia. Acto seguido enviaba un mensaje desesperado contando el caso a una emisora italiana, Radio Capital, que lo difundió por las ondas inmediatamente, provocando en todo el país una reacción en cadena.
El mensaje dramático fue escuchado no sólo por los modestos oyentes de Radio Capital, sino por algunos de los personajes más famosos de Italia, cuyo apoyo se ha revelado esencial para otorgarle a la historia el relieve que necesitaba.
El jugador del Juventus, Alessandro del Piero, firmaba la petición de ayuda en pro del derecho a escoger de Erica. Más tarde lo hacían el secretario general del partido Demócratas de Izquierda, Walter Veltroni o el presidente de Alianza Nacional, Gianfranco Fini.
Inmediatamente tomó cartas en el asunto el Ministerio italiano de Exteriores. En los despacho del departamento hay en estos momentos 180 reclamaciones del mismo tipo pendientes de solución. En 1994, los diplomáticos italianos hubieron de acompañar a Colombia a una mujer italiana para persuadir al ex marido de que un tribunal le había otorgado a ella la custodia de los dos hijos. Hace unos meses, el primer ministro, Massimo D'Alema, aprovechó su visita (la primera de un jefe de Gobierno occidental) a Libia para recoger a dos niñas que residían con el padre libio pese a que los tribunales habían dado la patria potestad a la madre italiana.
Pero el caso de Erica es algo diferente. Por un lado, los tribunales han fallado a favor del padre, por otro, la madre se convirtió hace tiempo al Islam y sería difícil ver el problema bajo el prisma de la diferencia religiosa. Aún así la mujer ha denunciado al marido por malos tratos, lo que sería motivo para que le retiren la patria potestad. Éste, que planea regresar a Egipto pronto, niega los cargos y está dispuesto a que las niñas pasen cinco días a la semana con la madre, pero no renunciará a la patria potestad.
Franco Danieli, funcionario de Exteriores encargado de seguir el caso reconoce que la solución parece lejana. "Nuestros esfuerzos se han visto frustrados por la lentitud de la justicia kuwaití", declaró Danieli, "y aunque somos muy cuidadosos para no herir suceptibilidades, no hay duda de que nos enfrentamos a un sistema legal profundamente chauvinista"
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.