La compañía fijó cuatro categorías para repartir los 'sobresueldos'
Los cien beneficiarios del Plan RISE se dividen en cuatro categorías, según sus responsabilidades en la empresa. Sólo hay un beneficiario del primer nivel, Juan Villalonga, presidente de Telefónica, que además está adscrito al Plan TOP para 450 ejecutivos, que hoy le reportaría otros 950 millones de pesetas. La identidad de los demás beneficiarios, muchos de los cuales han dejado la compañía pero se han asegurado el cobro de las opciones, es uno de los secretos mejor guardados. Telefónica no tiene obligación de revelar su identidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, salvo cuando se trate de miembros del consejo de administración, por lo que varios directivos han comunicado a la dirección que actuarán legalmente si se filtran los listados oficiales.El segundo nivel está integrado por los miembros del comité ejecutivo, directores generales y consejeros delegados de las filiales. En 1997 eran miembros de esa comisión, además del presidente, Javier Revuelta (abandonó la vicepresidencia del grupo en diciembre pasado), Juan Perea (entonces primer ejecutivo de Telefónica Internacional que dejó el grupo a principios de febrero cuando era consejero delegado de Terra), Fernando Abril (ahora presidente de TPI-Páginas Amarillas), José María Mas (secretario del consejo y presidente de Antena3), entre otros. La cantidad asignada a cada uno, 11 en total, era de unas 6.700 opciones sobre acciones.
El tercer nivel está formado por subdirectores generales y directores adjuntos de departamento. A los 30 ejecutivos inscritos en este nivel, en el que se encuentran varios directivos de Telefónica Móviles y de las áreas de informática, se les asignaron unas 4.300 opciones. Al cuarto nivel se adscribieron 58 personas con cargos de lo más variado en áreas muy distintas. Se asignaron cerca de 2.000 opciones por beneficiario.
Cuando se diseñó el plan, fuentes de la compañía aseguran que se pretendía retribuir a los directivos del segundo nivel con 800 millones de pesetas; con 500 millones, a los del tercer nivel, y con unos 180 millones, a cada uno de los adscritos al cuarto. La fuerte revalorización de las acciones en Bolsa y la ausencia de límites sobre las retribuciones han originado el escándalo.
Entre los beneficiarios del plan se encuentran varios de los ejecutivos que han abandonado el equipo de confianza de Villalonga en los últimos meses. El caso más sonado es el de Revuelta que, aunque dejó la vicepresidencia del grupo en diciembre pasado, podría haberse embolsado hasta 3.500 millones entre opciones e indemnizaciones, según informaciones no desmentidas por la empresa.
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