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Seis meses de sanción para un futbolista que le tocó el culo al árbitro

"En el preciso momento en que expulsé a Lino Morán, el jugador Sergio Ibarra me pecha por detrás y luego me mete la mano [en el culo], por lo que le saqué la tarjeta roja". Este lance tan insólito figura en el acta del árbitro Carlos Hernández, que dirigió el partido entre el Pesquero, de Huancayo, y el Melgar, de Arequipa, de la Primera División de Perú. Y le ha supuesto al futbolista una sanción de medio año de suspensión.Manteca Ibarra, un jugador argentino de 30 años, que lleva cinco temporadas en el fútbol peruano, nacionalidad que ha adquirido al casarse con una mujer de este país, parece que no encontró mejor forma de protestar ante el árbitro que dándole un azote en el trasero.

El jugador tiene otra versión de los hechos e insiste en que el árbitro "ha cometido un error". "Soy el primer sorprendido", ha asegurado Ibarra en diferentes medios informativos. "Cuando el árbitro expulsa a Lino Morán yo voy a reclamarle, pero no le toqué la nalga. Tendría que ser un imbécil para hacerlo. Soy muy temperamental, juego fuerte, discuto, incluso con los mismos jugadores, pero meterle mano al árbitro jamás... Lo único que hice fue encarar al árbitro con las manos atrás y empujarlo con el pecho, pero para nada le agarré el culo".

El Comité de Competición del fútbol peruano, que en ese país recibe el nombre de Comisión de Justicia de la Asociación Deportiva (CJAD), ha sancionado a Ibarra con seis meses de suspensión "por tocar las nalgas del árbitro".

El jugador cree que está viviendo una pesadilla. "Estoy destruido. Me han hecho mucho daño. Ahora, durante estos seis meses, de qué voy a vivir, qué va a comer mi familia", se lamenta Ibarra, al mismo tiempo que asegura que no se va a quedar con los brazos cruzados y que reclamará por lo que considera una injusticia.

Lo más parecido que registra el fútbol español tuvo como protagonista al entonces jugador del Madrid Michel en septiembre de 1991. Fue multado con 500.000 pesetas, según el acuerdo de Competición, "por hacer objeto al jugador del Valladolid Carlos Valderrama de cierta manipulación en sus partes naturales [a la salida de un córner el madridista toqueteó los órganos genitales del colombiano].

Aparte del acoso de Ibarra, el árbitro tuvo que suspender el partido antes del final, con 0-3, porque dos jugadores del Pesquero, que había sufrido la expulsión previa de otros tres, simularon caer lesionados, con lo que el equipo no disponía sobre el terreno del mínimo de futbolistas exigidos.

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