La otra mirada de Buñuel

A la ya larga lista de homenajes dedicados a la conmemoración del centenario del nacimiento del genial director aragonés Luis Buñuel se sumó ayer la particular propuesta de Marina Núñez (Palencia, 1966), una joven artista que ha expuesto en numerosos museos; entre ellos, el Reina Sofia. A petición de la Fnac, Marina Núñez presentó su propia visión del realizador español.Sobre un cartel de 40 metros de largo por ocho metros de ancho, colocado en la fachada principal de la Fnac, en la plaza de Callao, Marina Núñez, fiel al surrealismo perenne de Buñuel, imaginó un nuevo final para la primera escena de El perro andaluz, la obra con la que en 1929 el director inició su andadura en el cine.

En el primer fotograma de la cinta -un corto mudo de 17 minutos-, una mano masculina que sostiene una navaja corta el ojo de una mujer. Al fondo, una nube rasga la luna. En el nuevo final que inventó ayer Marina Núñez, la mujer, serena, ya no es víctima de la mano asesina; ahora, esa mano, ensangrentada, yace a su lado. No se sabe quién la cortó, sólo se conoce que esta vez no logró su cometido.

"Lo que pretendía era no salirme del guión de Buñuel, de esa obsesión tan suya con el erotismo y la muerte. En este caso, se trata de la frustración de la agresión, como una especie de chiste de humor negro. Trataba de mantenerme dentro de su órbita", contaba ayer Marina, minutos antes de que un equipo de pintores pusiera color al brazo mutilado que aparece encima de la imagen de la mujer en blanco y negro.

Por allí desfilaban, a eso de la una de la tarde, centenares de transeúntes que no podían evitar alzar la mirada ante aquel imponente cartel. Algunos se limitaban a observar de lejos y a seguir su camino, y otros, los más osados, se detenían un momento para preguntar de qué se trataba. Pero sólo los más cinéfilos lograban reconocer la primera escena de El perro andaluz.

Para llevar a cabo su idea, la Fnac estudió la propuesta de tres jóvenes creadores. Todos ellos, ampliamente conocidos. Después de valoradas, se escogió la de Marina por su "originalidad" y visión "surrealista". En cuestión de un día y medio, Marina concretó su idea y la llevó a cabo. Un trabajo, contaba, "nada difícil", porque ya de por sí su obra está fuertemente influenciada por Buñuel. Y la escena del ojo es quizá una de las "más hirientes" de cuantas haya visto jamás. El telón que creó la artista permanecerá expuesto en la Fnac hasta mañana por la noche.

La mirada que más le interesaba a la autora de este particular homenaje al director aragonés era "la metafórica", en la que, explicaba, "se da salida al instinto sádico del cineasta". Para Marina, esa especie de "romance entre la navaja y el ojo" no es más que la idea de Buñuel de cortar la visión burguesa, los cánones y los tabúes. "Allí se resume toda su filosofía".