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Desmantelados en Vallecas dos talleres chinos clandestinos

Otros dos talleres chinos clandestinos quedaron ayer al descubierto en el barrio de Vallecas. La Brigada Provincial de Extrajería y Documentación reventó los locales situados en la calle de Josué Lillo y Puerto de Atalaya, según la Dirección General de Policía. Durante la operación fueron detenidos dos ciudadanos chinos acusados de regentar los talleres, en los que trabajaban sin descanso nueve chinos.Las investigaciones policiales se iniciaron tras las denuncias de algunos vecinos de la zona del distrito de Vallecas. La redada policial se desarrolló el viernes de la semana pasada con la ayuda de los inspectores de Trabajo,según la policía.

Los locales no tenían ventilación ni ventanas al exterior de la calle y carecían de las más elementales condiciones higiénicas y sanitarias. Tampoco tenían sistemas contraincendios o salidas de emergencia. La policía encontró alimentos, cocinas de gas, colchones y máquinas de coser almacenadas en pequeños habitáculos. Los vecinos de los inmuebles próximos habían denunciado a la policía el ruido y el ajetreo que producían las máquinas por la noche, puesto que los locales carecían de insonorización. "Les hemos llamados muchas veces para decirles que molestaban pero nunca nos han hecho caso", señaló ayer un vecino de la calle de Josué Lillo. "Habia ruido y unos malos olores muy fuertes a comida", explica otra residente de la misma calle.

Shengli Zhou, responsable de los dos talleres chinos clandestinos fue localizado en un piso de la calle Puerto de Balbarán. En el mismo domiciliio vivía su mujer que, según la policía, se encargaba de preparar la comida para los trabajadores una vez repartida por su marido.

En el taller de la calle Josué Lillo la policía encontró a cuatro chinos que realizaban trabajos en seis máquinas diferentes, mientras que en el otro se encontraban tres mujeres y dos hombres que tenían sus pasaportes manipulados. Los inmigrantes de los talleres dijeron que fueron captados en su país por una organización a la que pagaron medio millón de pesetas.

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