Economía endosa a 1998 medio billón más de déficit por la nueva contabilidad
Con los nuevos criterios contables de la UE, la reducción del déficit público en 1998 no fue tan espectacular como se anunció y el año 1999 se cerrará en un mínimo histórico. La causa principal es que ha cambiado la forma de contabilizar los intereses de la deuda pública, lo que ha elevado el déficit de 1998 al 2,3% del PIB , medio punto más (medio billón de pesetas) de lo que en su momento se dijo. El hecho de que esos gastos se hayan cargado a 1998 permite ahora presentar un déficit para 1999 inferior al 1,3% del PIB.
Todos los países de la UE deben revisar hacia atrás sus cuentas nacionales y han de presentar los datos correspondientes a 1999 ya con la nueva contabilidad. Antes se aplicaba el SEC-79 (Sistema Europeo de Cuentas) y ahora hay que rehacer los cálculos con el nuevo SEC-95.En el caso de España, aún no se ha dado explicación pública de lo que supone la nueva contabilidad en el saldo presupuestario. La nueva cifra únicamente ha aparecido en el boletín trimestral de coyuntura del Ministerio de Economía y Hacienda, difundido la pasada semana, y sólo para 1998.
El resultado es que, para ese año, el déficit de las administraciones públicas (Estado, Seguridad Social, comunidades autónomas y ayuntamientos) se situó en el 2,3% del PIB, en lugar del 1,8% que anunció el Gobierno. Este medio punto supone 547.000 millones de pesetas más.
De esa cantidad, 457.000 millones de pesetas corresponden a que se han endosado a ese año mayores pagos por intereses de la deuda pública. La cifra es importante, ya que el gasto por ese concepto que se consignó inicialmente ese año ascendió a 3,4 billones de pesetas.
Éste es para España el principal efecto del nuevo SEC-95, y consiste en que antes los intereses de la deuda se contabilizaban como gasto en la fecha de emisión cuando se trataba de títulos a corto plazo (letras del Tesoro). En cambio, la deuda a medio y largo plazo (bonos y obligaciones) se consignaban en el momento del vencimiento.
El SEC-95 cambia los criterios de forma que toda la deuda se contabiliza en la fecha de la emisión, pero en la parte correspondiente a cada año hasta su vencimiento. Por ejemplo, los intereses de una letra del Tesoro emitida en marzo de 1999 se computan en nueve doceavas partes a ese año, y en las tres doceavas partes restantes, al 2000.
Este cambio supone que en el año 1996 los intereses de la deuda consignados hay que aumentarlos en 380.700 millones de pesetas, en 428.500 millones los de 1997 y en 457.000 millones los de 1998. Por este motivo, el déficit correspondiente a esos años hay que elevarlo respecto de las cifras dadas a conocer inicialmente (véase cuadro), tal como hizo público la Comisión Europea el pasado mes de octubre.
Baile de cifras
El resultado es que, por ejemplo, en 1997, España no habría cumplido el criterio de convergencia para el euro, ya que su déficit fue del 3,1% del PIB, en lugar del 2,6% que se anunció, cuando el límite era el 3%. Fuentes de Economía subrayan que la revisión de estas cifras se produce sólo a efectos estadísticos, sin que nadie pueda reconsiderar por ello la entrada de España en el euro.
El otro efecto contable, de menor calado, es el de las empresas creadas por las comunidades autónomas para financiar infraestructuras. El SEC-95 obliga a que el déficit de esas empresas, si no cumplen determinadas condiciones, se contabilice como saldo negativo para las administraciones públicas y no se adjudique a las propias empresas. En 1998, esto ha supuesto 90.000 millones más de déficit.
Para 1999, las cuentas se han de presentar sólo en el SEC-95. Gracias a que se han endosado intereses de la deuda a un año antes y a que se ha alargado la vida media de la deuda, el gasto por este concepto en 1999 se ha visto descargado. En los próximos días, Economía hará pública la cifra de déficit, que será inferior al 1,3% del PIB, frente al 1,6% previsto.
La pasada semana, el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, anunció ese resultado y explicó que se había conseguido reducir un punto el déficit público. No aclaró, sin embargo, que la comparación la efectuaba con los nuevos criterios contables.
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