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Una "burla" al claustro La Universidad de Valencia emprenderá acciones legales si el Consell retiene los Estatutos. La reforma congelada Planes de estudio, institutos y descentralización, asuntos más afectados

En la reunión que celebrará mañana martes el claustro de la Universidad de Valencia, serán sometidas a la aprobación de sus 400 miembros una serie de modificaciones de los Estatutos, sobre artículos relacionados con la elección del Rector, que afectarían a la gestión ordinaria de la universidad en caso de que aquél cesara antes de acabar su mandato. Se da la circunstancia de que la última reforma estatutaria ratificada por el máximo órgano representativo de la universidad, nada menos que en noviembre de 1997, no ha entrado en vigor porque el Consell no ha le ha dado aún su preceptivo visto bueno. Los nuevos Estatutos permanecen congelados desde hace dos años sin que haya una explicación plausible a tan insólita pereza administrativa.El equipo rectoral no oculta su preocupación por la situación de inseguridad jurídica creada. "Se está cuestionando nuestra capacidad para tomar decisiones sobre su propia organización", subraya el vicerrector Francisco Morales. El retraso en la entrada en vigor de los nuevos Estatutos afecta al proceso de reforma de los planes de estudios, a la nueva organización territorial de la Universidad y al funcionamiento de los Institutos de Investigación, aunque también a la representación de los distintos estamentos en la Junta de Gobierno.

Para muestra, un botón. El claustro debería aprobar el martes el nombramiento de los cinco miembros de la que en medios universitarios se conoce como comisión de notables, entre cuyos cometidos estaría el preceptivo informe favorable para la aprobación de los planes de estudios, cuestión relevante en un momento en que éstos se encuentran en una efervescente fase de reforma.

Pero los notables se tendrán que limitar, por el momento, a ejercer funciones de asesoramiento, puesto que la Comisión Académica de los Planes de Estudio a la que están llamados a pertenecer, está pendiente, asímismo, de que el Consell ratifique las modificaciones de los Estatutos que mantiene en la nevera desde el ecuador de la anterior legislatura.

"Más que una burla al equipo rectoral es una burla al Claustro, que dedicó un año de trabajo a esta reforma y fue aprobada por mayoría absoluta", reconoce el vicerrector Francisco Morales. De no aprobarse en el pleno del Consell previsto para este mismo martes, el rector Pedro Ruiz deberá responder por la tarde ante el Claustro del compromiso adquirido en su anterior reunión de noviembre, en el sentido de iniciar las acciones legales correspondientes una vez se cumpliera el plazo de silencio administrativo. Y ese plazo ha expirado ya.

La reforma congelada por el Gobierno autónomo afecta a más de 40 artículos y una disposición adicional de los estatutos de la Universidad de Valencia. "La demora del Consell está impidiendo hacer efectivos cambios importantes que la Universidad ha decidido llevar a cabo para gestionar mejor en el ámbito de su competencia", constata Francisco Morales. "Con la reforma de los Estatutos", añade el vicerrector, "hicimos una apuesta por la descentralización, por establecer mecanismos para que los planes de estudio se racionalicen y por potenciar los institutos de investigación"

Algunos implican cambios en la composición de los órganos decisorios de la institución y de sus centros. En la Junta de Gobierno, por ejemplo, si la reforma hubiera entrado en vigor los estudiantes pasarían a tener 12 representantes, dos más que en la actualidad; los decanos y directores de escuela casi multiplicarían por dos sus delegados en la Junta, y el Personal de Administración y Servicios (PAS) pasaría de 4 a 5 delegados. Otro artículo modificado garantiza que en las Juntas de facultad o escuela haya, al menos, "un estudiante por cada titulación del centro", cosa que no sucedía hasta ahora.

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Planes de estudios. Es sabido que una gran mayoría de los planes de estudio están siendo reformados. Eso supone un proceso complejo y largo que implica a buena parte de la organización universitaria y cuyo resultado afectará directamente a los estudiantes que se incorporen a la Universidad en los próximos cursos, así como a aquellos matriculados en la actualidad que quieran pasar de un plan antiguo a otro nuevo dentro de la misma titulación.

Con vistas a perfeccionar este proceso, la Universidad de Valencia introdujo en los Estatutos diversas modificaciones que, por el momento, o no se pueden aplicar o se aplican sin cobertura estatutaria, por la sencilla razón de que esas modificaciones requieren la continuamente aplazada aprobación del Gobierno autónomo.

Así, la Universidad se ve obligada a hacer filigranas para completar la nueva estructura que interviene en la elaboración o reforma de los planes de estudios. Así, todavía no ha podido constituir la Comisión Académica de los Planes de Estudio prevista en los nuevos Estatutos, encargada de "garantizar la coherencia académica de los planes" y de emitir el preceptivo informe que se requiere antes de aprobarse cualquier reforma de los mismos. La Junta de Gobierno ya ha designado a los miembros de esta comisión de notables, uno por cada área de estudios, que de momento deberán limitarse a ejercer funciones asesoras.

Donde antes decía que los planes de estudio y sus modificaciones "son elaborados por uno o varios centros con la participación de los departamentos a los cuales corresponde la docencia", los nuevos Estatutos pasan a encomendar esta competencia a "las comisiones técnicas nombradas a este efecto por la Junta de Gobierno". Al igual que sucede con los miembros de la "comisión de notables", hay una comisión técnica por área: Humanidades, Ciencias Sociales, Ciencias Básicas y Técnicas, Educación y Ciencias de la Salud.

Los Estatutos remozados prevén, además, que se creen en los distintos centros "las pertinentes comisiones académicas de título". Entre sus funciones se encuentra la de "preparar y difundir la documentación necesaria de orientación e información a los estudiantes, para los itinerarios curriculares, materias optativas y de libre elección", así como "elaborar la propuesta de horarios y de asignación de espacios".

Descentralización. En la actualidad, la Universidad de Valencia cuenta con tres campus, que se han ido configurando en paralelo al aumento de la oferta y la demanda educativas. Primero fue Blasco Ibáñez, después Burjassot y, finalmente, Els Tarongers. Lo que en la práctica es una realidad geográfica, precisaba también una descentralización organizativa que será virtual mientras las pertinentes alteraciones en los Estatutos que la Universidad propuso en su día no sean aprobadas. Los nuevos estatutos consolidan esta distribución territorial e incorporan un nuevo artículo donde se determina que "las facultades y escuelas de un mismo campus se coordinarán en una mesa de coordinación de campus, formada por los decanos y directores correspondientes". Entre otras funciones, las mesas de campus tienen la de "organizar materialmente la docencia de aquellas materias de universidad no pertenecientes a ninguna titulación y orientadas a la libre elección que se impartan en el campus".

Institutos de investigación. Bastantes de las variaciones introducidas en el articulado de los Estatutos recaen sobre la actividad y organización de los 11 institutos con que cuenta la Universidad de Valencia. Su misión es fundamental por cuanto actúan como locomotora de la investigación en el campus y gozan de una cierta autonomía para ejercer este papel adecuadamente. En la reforma estatutaria se introduce el principio de evaluación externa sobre su funcionamiento. Aparte de poner negro sobre blanco que "será preceptivo el dictamen de alguna agencia evaluadora externa" desde el momento que se aborde la creación de un nuevo instituto, se incorporan a su estructura unos nuevos comités científicos, en los que "participarán expertos externos de la universidad". En la práctica, estos comités, nombrados por la Junta de Gobierno, intensificarán el control sobre "el interés y viabilidad de los institutos", evaluando por periodos cuatrienales sus actividades.

Otras modificaciones estatutarias afectan al reglamento interno de los institutos, a la firma de contratos de investigación y a la admisión o exclusión de nuevos miembros en su seno. Se quiere consolidar también la vinculación de los profesores de la Universidad a los institutos, por lo que se exige que su relación sea de exclusividad y no a tiempo parcial, al objeto de que la dedicación a la investigación sea prioritaria.

Se agrega, asímismo, una nueva disposición adicional a los Estatutos, por la cual se pretende, con las cautelas correspondientes, equiparar a los institutos mixtos del CSIC y la Universidad con los institutos propios de ésta última, al objeto de "superar una cierta discriminación que se ha mantenido y ha supuesto un foco de tensión no deseada".

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