Cábalas sobre la pereza administrativa
Las razones de la demora del ejecutivo que preside Eduardo Zaplana siguen siendo una incógnita y dan pie a todo tipo de cábalas tanto en la comunidad universitaria como en el ámbito político y administrativo. Más aún, después de actos fallidos como aquel en que el gabinete de prensa de Presidencia llegó a hacer pública, a finales de diciembre de 1999, la aprobación de los nuevos Estatutos universitarios por parte del Consell. Un día después vino la rectificación, justificada por un desliz en la notas informativas. Por no hablar de las ocasiones en que fuentes de la Generalitat han anunciado que la añeja reforma se aprobaría en la "próxima" reunión del Gobierno. Las referencias a las lenguas oficiales de la Universidad (valenciano o catalán, según las versiones académica o del Estatuto de Autonomía) incluidas en el preámbulo de los Estatutos en los años 80, han sido consideradas como obstáculo conyuntural para la aprobación de la nueva reforma, tanto por fuentes del PP como de la propia Consejería de Educación. Pero este supuesto sólo se sostiene sobre el precedente de los Estatutos de la Jaume I, que se vio obligada a eliminar las expresiones "País Valenciano" y "catalán" para que aquéllos fueran aprobados por el Consell. El tema todavía está en los tribunales.
Bien es cierto que una de las últimas modificaciones propuestas por la Universidad de Valencia: e refiere a la cobertura de vacantes de profesores, proceso para el cual "quien obtenga una plaza deberá someterse a las evaluaciones del conocimiento de las dos lenguas que son oficiales en la Universitat". No obstante, nadie ha rechazado formalmente este precepto.
Sea ésta la causa del retraso en la aprobación de los estatutos, o bien, como sugieren otras fuentes desde el mismo campus universitario, una respuesta a la no comparecencia del rector Pedro Ruiz en el acto de entrega de altas distinciones del Consell (una de ellas era para Universidad de Valencia) con ocasión del 9 d'Octubre, lo único verificable es que la situación repercute en los cambios que la Universidad debe abordar y afecta tanto a la imagen como a la gestión de la institución.
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