Bien necesario
Ahora sólo falta que los obispos andaluces se pronuncien en torno a la conveniencia o no de votar a una determinada formación política en estas elecciones autonómicas. Ya lo hicieron la semana pasada en el ámbito de las generales, promoviendo poco menos que el voto nulo o, en todo caso, el bien necesario, indicando de esta forma, el camino para aquella fuerza política más próxima a sus tesis, que no es otra que el PP.En Andalucía, en cambio, los prelados no tienen lugar a dudas. En los programas electorales respectivos no se incluyen propuestas relativas al aborto, principal causa de la discordia. Aquí el debate ha sido menor, más material. Sólo se trata de determinar quién manda en el entramado financiero andaluz o, al menos, en uno de sus principales agentes, como es CajaSur. Y es en esta parcela donde la curia no ha tenido reservas en acudir presta a la sombra del PP o viceversa.
O sea, que de nuevo Andalucía en el plano político hace de adelantada al resto. Aquí se han podido comprobar escenas conmovedoras de manifestaciones encabezadas por sacerdotes bien trajeados caminando por las alamedas de Córdoba de la mano de dirigentes populares en defensa, decían, de las libertades democráticas y, en definitiva, en contra del demonio socialista que amenazaba seriamente con derrumbar el templo de mercaderes que, con inusitada pujanza, ha crecido últimamente en la capital de la mezquita.
En esa batalla, en la que sorprendentemente sólo aparece como única perdedora la consejera de Economía, Magdalena Álvarez, llama la atención que sea ahora, a estas alturas del curso político, cuando el PSOE cordobés se embarque en cuestionar los verdaderos vínculos de la Iglesia con esta entidad de ahorro.
La sombra de Pimentel
El PP andaluz tiene un nuevo reto que asumir: la dimisión de Manuel Pimentel. El secretario general, Javier Arenas, se jactaba de señalar que aunque el ya ex ministro había anunciado su marcha de la política, iba a seguir participando en la campaña electoral andaluza.
Es la sombra de Arenas la que queda en el vacío que deja Pimentel en su despacho del Ministerio de Trabajo. Es también la figura del secretario general la que queda a la alcaldesa de Cádiz para potenciar su campaña. De ahí que todas las miradas se centren inevitablemente en él, tanto que a los socialistas andaluces les ha faltado tiempo para pedirle explicaciones por su paso por dicho departamento y su convivencia con el ya cesado Aycart.
No obstante, Martínez conserva aún la proyección política del verdadero mentor a lo largo de toda su trayectoria, que no es otro que el vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda, Rodrigo Rato. Con el aplomo que le caracteriza ya ha anunciado que su gobierno, en el que ahora no queda ningún ministro andaluz, estudia con detenimiento la propuesta de supresión del peaje de la autopista A-4, en su tramo comprendido entre Jerez y Cádiz, a modo de regalo electoral de última hora.
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