¿Claridad o purismo?
Desde finales del mes de enero el periódico se ha hecho eco en la sección de Economía, en el cuadernillo de Cataluña y en el suplemento Negocios, de las dificultades por las que atraviesa la empresa IAR-Sirtal, en Castellbisbal (Barcelona) y que, muy en síntesis, se resumen en el anuncio de cierre de las instalaciones y el despido de 180 trabajadores, dedicados a la fabricación de electrodomésticos.Pero sucede que en esa planta y hasta 1995 se produjeron aparatos con marca ampliamente conocida: Corberó, una empresa fundada en los años treinta por Pedro Corberó Trepat y que desde los años cincuenta instaló su fábrica en aquella localidad barcelonesa.
También a modo de resumen de un proceso largo y complejo, que se ha explicado en varias informaciones firmadas por Xavier Horcajo, hay que aclarar que la empresa Corberó fue vendida en 1990 al grupo Electrolux Home Products y que en 1995 Electrolux vendió las instalaciones a la italiana IAR-Sirtal, pero se quedó con la marca Corberó y la sigue comercializando con ese nombre, ya histórico en nuestro país, desde otras factorías.
Con estos antecedentes, el periódico publicó el 22 de enero una información titulada "La antigua fábrica de Corberó cierra y deja a 600 personas en la calle" -el planteamiento empresarial afectaba entonces a ese número de trabajadores, de varias factorías-. El 26 de enero se tituló: "IAR-Sirtal sólo cerrará la planta de Corberó en Castellbisbal"; el 10 de febrero se incluyó un titular que decía: "Corberó: Subirà [consejero de industria de la Generalitat de Cataluña] afirma que los despedidos de Corberó obtendrán pronto otro empleo". Por fin, el pasado domingo, día 13, en el suplemento Negocios, se informa en titulares de que "Desaparece la antigua Corberó".
Durante este tiempo, el gabinete de márketing y comunicación de Electrolux se ha dirigido al redactor que firma habitualmente estas informaciones, Xavier Horcajo; al director del periódico y, por fin, al Defensor del Lector.
Argumentan que esos titulares indican que la planta de Castellbisbal "pertenece a Corberó, cuando esta marca, propiedad de Electrolux Home Products, carece de cualquier relación empresarial, tanto directa como indirecta, con la multinacional italiana IAR-sirtal".
No se mencionan en la queja dos titulares publicados en el cuadernillo de Cataluña. "El grupo IAR cierra las fábricas de Corberó" o "La empresa italiana IAR Sirtal cierra la fábrica Corberó".
En una primera aproximación al asunto, Electrolux tiene razón. Los titulares debieron referirse siempre a IAR-Sirtal, que es la empresa que cierra y provoca los despidos. Pero las minuciosas explicaciones que Xavier Horcajo ha dado al Defensor complican las cosas.
El nombre está en la calle
Una marca con 70 años de vida y con unos 50 de implantación en una población determinada ha unido de forma indisoluble su nombre a las instalaciones que la albergaron. En Cataluña se las conoce con el nombre de la marca que allí se fabricó.
Según aclara Horcajo, el consejero de Industria de la Generalitat, Antoni Subirà, se sigue refiriendo a Corberó para hablar del conflicto de la fábrica. Y los trabajadores afectados se manifiestan en Barcelona con pancartas en las que figura la marca Corberó, con el propósito de que se les reconozca con facilidad.
Todas las informaciones que el Defensor ha leído dejaban muy claro que Corberó es la marca que hasta 1995 se fabricaba en las instalaciones de Castellbisbal. Marca de difusión tan amplia que arrastra cualquier referencia a las instalaciones donde se fabricaba, aunque ya no se elaboren allí esos productos.
Horcajo argumenta que no se entendería de qué se está informando si se mencionase sólo a IAR-Sirtal.
El Libro de estilo, además de señalar que "los titulares constituyen el principal elemento de una información", prescribe que "han de ser inequívocos, concretos, asequibles para todo tipo de lectores y ajenos a cualquier clase de sensacionalismo".
Con estas bases la queja de Electrolux no es de fácil solución.
Las menciones a Corberó en los titulares, aunque se le anteponga el "antigua", inducen a un cierto equívoco. La empresa que actualmente fabrica esa marca asegura que en Corberó no ocurre nada y que, incluso, tienen planes de expansión.
La exigencia de que "sean asequibles para todos" podría interpretarse, en este caso, de modo favorable a la inclusión de la marca en los titulares.
Horcajo reconoce que una interpretación muy purista exigiría referirse sólo a la empresa IAR-Sirtal, pero añade que se desdibujaría seriamente la comprensión del problema a primera vista. Algo esencial para un periódico.
El Defensor, aunque sólo fuera por mantener los principios, se inclina por el rigor absoluto, pero es imposible olvidar el margen de flexibilidad que la realidad impone.
En la medida de lo posible debería evitarse en los titulares la mención exclusiva de Corberó o dejarla en los antetítulos, si es que la información correspondiente lo permite.
Lo que ofrece pocas dudas es que en el texto hay que referirse a la marca para que se identifique el problema, aunque dejando muy claro, tal y como se ha hecho hasta ahora, que Corberó es una marca viva en el mercado de electrodomésticos bajo el patrocinio de Electrolux.
Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electrónico (defensor@elpais.es), o telefonearle al número 91 337 78 36.
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