Almunia promete un Gobierno como el francés, "ambicioso en lo social y libre de hipotecas"
Joaquín Almunia pretende conseguir, "salvando todas las distancias", que su Gobierno de izquierdas, si gana las elecciones del 12-M, guarde similitudes con el Ejecutivo francés formado por socialistas y comunistas. Almunia, que ayer se entrevistó en París con el primer ministro Lionel Jospin, puso como modelo digno de envidiar la situación de Francia desde que gobierna esa coalición. "En Francia, la situación es muy sólida, con un crecimiento económico muy importante, gran ambición en los objetivos sociales y libre de hipotecas de grupos de poder económico", dijo Almunia.
El candidato socialista a la presidencia del Gobierno español quiso exponer de primera mano a su "compañero y amigo" Lionel Jospin el contenido del pacto suscrito con Izquierda Unida para formar un Gobierno conjunto. El primer ministro francés, que recibió a Joaquín Almunia en su residencia oficial, dio muestras de estar bastante enterado de los movimientos de sus colegas socialistas españoles en aras de unir fuerzas con IU en el intento de ganar las elecciones del 12-M. También sabe Jospin que el PSOE puso precisamente su ejemplo y su alianza con los comunistas para llevar adelante este proyecto, del que se han derivado durísimas críticas del Partido Popular y de miembros del Gobierno de José María Aznar.Almunia confirmó que Jospin conocía esas críticas, pero declinó comentar las apreciaciones que el primer ministro francés le había hecho. Desde el entorno del líder del PSOE se explicó que en modo alguno iba a revelar consideraciones de Jospin sobre el Gobierno español dado que, en primer lugar, lo importante es cultivar las buenas relaciones entre los dos países.
Pero Almunia no se siente con cortapisas para referirse a lo que el Ejecutivo español ha dicho sobre el pacto con PSOE-IU y, singularmente, a las expresiones del vicepresidente económico, Rodrigo Rato, según el cual la alianza socialista-comunista en Francia lleva a este país por muy malos derroteros. Almunia no puede por menos de sonreír ante ese tipo de consideraciones, dado que todos los parámetros que puedan utilizarse para comprobar la situación de un país, en todos los órdenes, sitúan a Francia en un lugar muy destacado.
Subrayó, así, que en estos dos años y medio de Gobierno de izquierdas en Francia se aprecia "la eficacia económica y el aumento del empleo, especialmente para jóvenes". Y ello, dijo, con políticas que armonizan el crecimiento económico con la ambición en los objetivos sociales y libre de hipotecas de grupos de poder económico que, "aunque legítimamente, tratan de influir". "Una influencia que el poder político no puede consentir", añadió, "ya que esos grupos tienen que someterse a los órganos democráticos elegidos por la soberanía popular".
El ejemplo francés
Esta descripción de Almunia de la situación francesa es la que quiere para España, ya que si el Gobierno del PP dice que en Francia las cosas no van bien, a él le gustaría que España tuviera "la evolución del empleo en Francia, sus posibilidades de trabajo para las mujeres, la competitividad de la economía francesa, el porcentaje de crecimiento de los precios, que es la mitad que en España...". "Y no me desmentirá Aznar cuando afirmo que el precio del barril de petróleo es el mismo en Francia que en España", apostilló.
Un día más en esta campaña electoral, Almunia defendió su programa frente a las críticas del PP, que lo tacha de contradictorio porque unos días es socialista y otros es liberal, sirve a Esquerra Republicana de Catalunya, etcétera. "Mi programa es muy claro, lo expongo ante empresarios y trabajadores, en el norte y en el sur, en tanto que el PP, a menos de un mes de las elecciones, dice que todavía se guarda cosas, y eso es una falta de respeto a los electores", señaló el candidato, que tiene su punto de vista de lo que ha supuesto la política del Gobierno del PP en estos cuatro años: "Más impuestos y menos gasto social".
A propósito de que en Francia está a punto de entrar en vigor una ley que regulará las grandes concentraciones empresariales, Almunia sacó a colación uno de sus temas preferidos: la concentración de poder en España a través de las empresas públicas privatizadas. Al frente de los grandes grupos empresariales "se encuentran once señores designados por Aznar que acumulan para ellos, y no sé si para Aznar, un poder preocupante si se piensa en los ciudadanos, en los usuarios", remató.
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