La región precisa 53 plantas para depurar toda su agua residual
Dentro de cuatro años toda el agua usada que llegue a los ríos madrileños habrá sido depurada previamente. El director general de Calidad y Evaluación Ambiental, Ignacio López-Galiacho, anunció ayer un plan de mejora de los ríos que levantará 53 depuradoras, con lo que podrán tratar el 100% del agua residual.
Actualmente, entre el 82% y el 85% del agua que los madrileños vierten en los ríos es depurada antes de salir de los límites territoriales. Sólo en los casos de municipios menores de 2.000 vecinos los vertidos alcanzan directamente los ríos sin ningún tipo de tratamiento previo. El plan regional de ríos, con un presupuesto de 24.000 millones, incidirá directamente sobre estos vertidos hasta convertirlos en agua limpia. Para poner en marcha en el menor tiempo posible este plan -"Madrid será la primera comunidad española que depurará la totalidad de sus vertidos", asegura López-Galiacho-, las obras de construcción de las plantas serán eximidas, por acuerdo del Consejo de Gobierno, de la necesaria declaración de impacto ambiental. "Pero eso no significa que no se haga un seguimiento exhaustivo y un control de las obras para limitar sus posibles daños en el medio ambiente. También es cierto que es necesario atajar la contaminación en el menor plazo, y eso nos obliga a recortar los tiempos de contrucción", reconoce.
El plan de mejora propugna que se levanten "muchas y pequeñas" depuradoras a lo largo de los cauces en vez de "pocas y grandes" al final, con el fin de que todos los tramos fluviales cuenten con aguas limpias. "Los municipios, y sobre todo en el caso del Tajuña, donde muchos pueblos viven de la agricultura", señala López-Galiacho, "nos han reclamado depuradoras en cada término municipal para mantener limpias las aguas en todo el cauce. Si optásemos por una única y grande planta de tratamiento en la cabecera, por ejemplo, tendríamos grandes problemas en lograr la depuración completa del río en sus tramos finales".
De todas formas, el director general de Calidad Ambiental reconoce que las primeras depuradoras de las 53 previstas se levantarán en las cabeceras: "Es una medida lógica, porque así se aprovechará, mientras se construyen las siguientes, la capacidad de autodepuración de las corrientes fluviales".
López-Galiacho destacó también que "muchas de las infraestructuras ya existentes van a ser mejoradas para reducir la carga de nutrientes" que las viejas depuradoras dejan escapar. "Éste es uno de los problemas más importantes, porque cuando aumentan los nutrientes se produce la eutrofización y la vida piscícola sufre alteraciones".
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