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El presidente de la Comisión defiende una descentralización radical de la UE

El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, lanzó ayer un reto de enorme envergadura política al proponer que la institución que él preside renuncie a seguir gestionando las políticas que se demuestre que ejecuta mal. En ese caso hay que eliminarlas o devolver su gestión a la administración que parezca más adecuada. La Eurocámara no pareció percibir la importancia de la "descentralización radical" que le acababa de ser propuesta por el presidente de la Comisión en nombre de la eficacia y el pragmatismo.

Romano Prodi desveló ayer el pleno sentido de la governance, ese anglicismo de dificilísima traducción a las lenguas latinas que ha convertido en símbolo de su mandato y que el socialista español Enrique Barón asimiló medio en broma y medio en serio a la "gobernación" con que en tiempos de Franco se conocía al Ministerio del Interior. Si la etapa de Jacques Santer agonizó con el lema "hacer menos para hacer mejor", la de Prodi quiere ser la de "revisar lo que hasta ahora se ha hecho".Once meses después de ser designado presidente, Romano Prodi presentó un programa de Gobierno para cinco años dominado por el pragmatismo. Un pragmatismo que el presidente de la Comisión defendió como "repensar radicalmente la manera en que hacemos Europa". "La Comisión cumplirá mejor sus tareas de guardiana de los tratados sin cumplir necesariamente todas las tareas de ejecución", explicó. Más allá de la anécdota lingüística, Prodi dio así otro paso hacia el modelo anglosajón de Europa. "No quiero desmantelar las instituciones de las políticas comunes, sino mejorar su ejecución. Hay que repensar el concepto de subsidiariedad. Ése es el pilar del programa de trabajo de la Comisión", matizó.

El presidente anunció un "profundo examen de todas las políticas" que se acabará "coincidiendo con la revisión de las perspectivas financieras en el 2006". "Entonces decidiremos qué políticas necesitan realmente financiación comunitaria", explicó. "El problema es que tenemos más cosas para hacer que dinero para hacerlas", reconoció un alto funcionario de la Comisión, admitiendo así que más que defender la eficacia o repensar Europa se trata de asumir que los presupuestos comunitarios son demasiado escuálidos para las fuerzas de que dispone Bruselas. Entre reclamar más dinero o renunciar a la carga de trabajo, la Comisión de Prodi prefiere lo segundo. Quizá porque la Comisión Delors optó por lo primero y años después ha acabado en el banquillo de la inquisición del Comité de Sabios que provocó la caída de la Comisión Santer.

Los comisarios no admiten que poner en marcha una revisión de ese calibre y con ese espíritu puede no sólo aumentar la eficacia de la gestión, sino acabar recortando los actuales poderes de Bruselas. "Todas las políticas deben estar siempre en revisión. Todas son mejorables", enfatizó el comisario Pedro Solbes en defensa de las tesis de su jefe. "Más gestión no significa más integración", justificó en los pasillos su colega francés Pascal Lamy, buen conocedor de los intestinos de la Comisión como jefe de gabinete que fue de Jacques Delors. "Hace 20 años el 60% de los funcionarios se ocupaban de la proyección. Ahora el 70% está ocupado con la gestión", resaltó.

Los grupos parlamentarios no parecieron inquietos por el anuncio de Prodi. El conservador Hans-Gert Pöttering dio su "bienvenida en líneas generales" al programa. "Estamos muy de acuerdo en el análisis de los desafíos, pero la primera prioridad es la agenda económica y social", subrayó el socialista Enrique Barón. "Compartimos el meollo del análisis y estrategia que ha presentado hoy", admitió el liberal Pat Cox. "Está usted lleno de muy buenas intenciones, pero le faltan propuestas concretas sobre cómo aplicarlas", le reprochó la ecologista Heidi Hautala.

La jefa de los socialistas españoles, Rosa Díez, fue mucho más crítica. "Quiero pensar que el Ejecutivo de la UE no se propone un auto-recorte de competencias y menos aún en un momento en que Europa necesita más instituciones europeas, más fuertes, y con una sola voz, con capacidad de influir en el mundo", afirmó.

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