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La policía, contra El Cascabel

La justicia tiene dos caras. Esta frase, que podría ser el título de una película de gánsteres, resume la historia de la persecución policial contra Francisco Fernández Gorreta, alias El Cascabel, presunto cabecilla de la venta de droga en el barrio de La Mina, en Sant Adrià de Besòs. El Cascabel controla, según la policía, un negocio familiar dedicado a la venta de droga en dosis individuales, pero el Juzgado de Instrucción número 6 de Badalona, que lleva las diligencias del caso, todavía no ha encontrado pruebas suficientes para encarcelarle.El pasado 18 de enero, agentes del Cuerpo Nacional de Policía de Sant Adrià detuvieron a Isabel Fernández Fernández, esposa de El Cascabel, y a otros 10 miembros de la familia, todos ellos presuntamente implicados en el narcotráfico. Durante los registros efectuados en las distintas propiedades de la familia, la policía decomisó 500 gramos de hachís, 200 papelinas de dosis individuales de cocaína y heroína, así como diversas armas. La policía también intervino dos cuentas bancarias con 20 millones de pesetas. El comisario de Sant Adrià, Miguel Ángel Vázquez, asegura que "el grupo dirigido por El Cascabel es el principal clan vendedor de droga al consumidor de Cataluña, con ganancias diarias de un millón de pesetas" y explica que durante el registro de uno de los pisos, "que duró unos 45 minutos, acudieron unas 20 personas para comprar droga".

El Cascabel, sin embargo, escapó de aquella redada y la policía no consiguió dar con él hasta dos semanas más tarde, el 8 de febrero. Fuentes policiales indicaron que había sido detenido en el cementerio de Montjuïc, mientras asistía al funeral de su hermano Antonio. Pero no fue así. Lo que sucedió en realidad es que, mientras su hermano era enterrado, El Cascabel se presentaba voluntariamente, acompañado por su abogada, Elena Marugán, en el juzgado número 6 de Badalona.

La juez lo puso en libertad condicional tras tomarle declaración, pero minutos después, de camino hacia Sant Adrià, la policía le detuvo. El Cascabel pasó la noche del 8 de febrero encarcelado. Al día siguiente, la titular del juzgado número 6 de Sant Adrià ordenó su puesta en libertad.

La abogada del presunto traficante asegura que "aquella detención fue ilegal, ya que la policía de Sant Adrià conocía la existencia de la declaración previa de libertad".

El comisario Vázquez niega esta versión y en el juzgado no consta la notificación de la declaración. En su declaración, El Cascabel aseguró que no tiene ninguna relación con el narcotráfico. La policía de Sant Adrià mantiene su indignación por la puesta en libertad de El Cascabel, a quien asegura que ha estado investigando durante los últimos meses.

La operación ha sido un fracaso ya que de los 11 detenidos en la primera redada sólo permanecen en prisión su mujer y otra colaboradora del grupo, pero el comisario Vázquez no piensa ceder. "La investigación continúa y El Cascabel será condenado", asegura.

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