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María Bayo afirma que su principal reto "es alcanzar una perfección que no existe"

Maribel Marín Yarza

A la soprano navarra María Bayo no le asustan los retos, aunque sean imposibles de alcanzar. "La meta de los artistas y la mía propia es la perfección, pero esa perfección no existe". Bayo realizó estas declaraciones en Irún, horas antes de actuar en el centro cultural Amaia junto al pianista norteamericano Brian Zeger. La cantante de Fitero, que regresaba a esta localidad tras seis años de ausencia, puso su voz al servicio de obras de Mozart, Ravel, Manuel de Falla y Joaquín Turina, entre otros compositores.

María Bayo hizo ayer en Irún un repaso somero de su trayectoria artística. No quería hablar en exceso. "Tengo que cuidarme el mismo día de una actuación", dijo con sencillez, nada más comenzar la presentación. La soprano, que ha actuado en los teatros más importantes del mundo y ha compartido escena con los tenores más reclamados, se mostró satisfecha de su carrera: "Pienso que estoy en un momento estupendo. Pero cuando estás arriba tienes que tener cuidado por mantenerte y no descender". De ahí que ponga todo su empeño en "mantener al máximo la calidad" de su voz para continuar eligiendo libremente los proyectos en los que participa. Cada vez, eso sí, sorprende con papeles más complicados porque se siente más segura. "Mi voz ha evolucionado de forma natural hacia la lírica. El repertorio de conciertos es básicamente el mismo, pero el operístico ha cambiado". Bayo tiene una complicada agenda de conciertos para los próximos años que le llevarán por auditorios de Europa y Estados Unidos. Esta temporada actuará en la Ópera de Los Ángeles, recalará en Marsella como Leila en Los pescadores de perlas y como Despina en Cosi fan tutte, en el Festival de Salzburgo.

Precisamente, la soprano se refirió ayer a la dimisión de Gerard Mortier como director de esta cita. El hombre que ha guiado la marcha de este festival durante los últimos años anunció que dejará su cargo antes de que expire su contrato en 2001, por la entrada de la ultraderecha en el Gobierno austriaco. "Los cantantes no tenemos la culpa", dijo la soprano, "pero hay que estar con los ojos muy abiertos porque es grave lo que está pasando". En todo caso, lo suyo no es hablar de política. Bayo se preocupa de dar lo mejor de sí en la serie de conciertos que ayer le llevaron a Irún y el jueves a Andorra.

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