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El PP acelera un plan para levantar 70.000 viviendas junto al vertedero de Valdemingómez

Antonio Jiménez Barca

La Comisión de Urbanismo decidirá hoy acelerar el plan para levantar, en la parte más alejada del término municipal de Madrid, al sureste, cerca de 70.000 viviendas, lo que constituirá el barrio más grande de España, en el que podrán vivir 250.000 personas, tantas como en Alicante. El paraje se denomina Valdecarros y limita con el vertedero y la incineradora de Valdemingómez. Los responsables de Urbanismo han decidido adelantar tres años el desarrollo de este barrio (de 2004 a 2001). La edil Matilde Fernández, del PSOE, no entiende los motivos de tanta urgencia.

"¿Para qué tanta prisa en construir casas en tan remoto lugar?", se pregunta Fernández. Una miniciudad que rondará los 250.000 habitantes se levantará en un paraje que ahora constituye uno de los territorios más inhóspitos y desconocidos del término municipal de Madrid. Más allá del nuevo barrio de Vallecas (en el que todavía no se ha puesto ni un ladrillo), más allá del poblado chabolista de La Rosilla, antes de llegar a la inmensa montaña de basura del vertedero de Valdemingómez, se extiende un territorio denominado Valdecarros, de 1.900 hectáreas (como 19 parques del Retiro juntos), entre la carretera de Valencia y la de Andalucía. Los propietarios de las fincas firmaron un convenio con los responsables municipales en octubre del año pasado para agilizar el plan de urbanización. En un principio, el Ayuntamiento tenía previsto dar el permiso para que el plan se pusiera en marcha en el 2004. Pero la comisión municipal de Urbanismo examinará hoy el convenio mediante el cual las licencias podrán empezar a examinarse a partir de 2001.En la zona sólo existen ahora cuatro infraestructuras: el viejo vertedero de Valdemingómez, ya saturado y cuyo cierre está próximo; el nuevo vertedero, que se abrirá pronto; la incineradora, y una escombrera. No hay carreteras de acceso, ni siquiera cuenta con huertos o tierras de labor. Es simplemente un terreno abandonado.

En el Plan General se prevé que pasará, en un futuro, la M-45, "que articulará toda esa zona como un pincho moruno", explica el concejal de Urbanismo, Ignacio del Río. Entre las infraestructuras que también albergará este inmenso barrio se cuenta otra con escaso tirón popular: un gran cementerio.

La Dirección General de Medio Ambiente impuso algunas condiciones para que este plan se llevara adelante: ordenó que las viviendas de este futuro barrio estén alejadas por lo menos dos kilómetros del viejo o del nuevo vertedero de Valdemingómez y de la incineradora, y a más de un kilómetro del futuro cementerio.

Además del camposanto, el nuevo barrio de Valdecarros contará, entre otros elementos, con una "red de transporte y energía gásica; una ciudad Olímpica del Sur y un oleoducto", según la ficha de contenidos del Plan General.

Otro punto del convenio establece que ni el Ayuntamiento ni la Comunidad podrán instalar nuevos vertederos o ampliar los ya existentes sin negociar con los propietarios de los terrenos. De cualquier forma, los habitantes de esta ciudad tendrán que soportar la visión de la nueva planta de tratamientos de residuos, adonde llegará más del 50% de los desperdicios que genera la ciudad y que tiene una vida prevista de más de 25 años. Matilde Fernández, portavoz del grupo municipal socialista en materia de urbanismo, anunció ayer que votará en contra de la aceleración de este proyecto.

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"Las viviendas de los nuevos barrios previstos con anterioridad a este de Valdecarros están sin construir todavía, hay mucho suelo y los propietarios de los terrenos van a ir soltando pisos al ritmo que impone el mercado para no perder dinero. Entonces, no entiendo por qué se da tanta prisa el Partido Popular con el desarrollo de Valdecarros", señaló la concejal socialista.

"No llega ni la carretera"

Fernández criticó que el equipo de Gobierno del PP "se dedique a permitir la construcción de tanta vivienda sin habitantes, en un paraje al que todavía no llega ni una carretera". "Es una zona que está más allá de la ciudad, que ni siquiera es ciudad", señaló.

La portavoz adjunta del PSOE lamentó que el PP "no se dedique a construir casas para gente que tiene rostro y que tiene necesidades de vivienda". A este respecto, la concejal socialista propuso "que se creen viviendas para los que ahora viven en infraviviendas o que se destinen fondos para la rehabilitación".

El concejal de Urbanismo replicó que la intención de este acelerón no es otra que la de "desburocratizar el Plan General y dejar todo preparado". Añadió que no espera que vaya gente a vivir ahí "hasta el 2010 o el 2015, cuando las infraestructuras, la M-45 por ejemplo, estén hehas". El edil resaltó que son los propietarios de los terrenos los que correrán con los gastos de las calles y las carreteras. "Dentro de unos años, esa zona no se parecerá en nada a los terrenos actuales", concluyó Del Río.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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