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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Un conductor

Soy un conductor habitual más de nuestra querida ciudad con más de 12 años conduciendo por las calles de Madrid. Yo siempre he creído en las instituciones públicas, en su imparcialidad, en su humanidad y, sobre todo, en su justicia. Todo ello, sin dejar de lado los problemas que arrastra la Administración en toda su gestión, sobre todo en la celeridad, más bien escasa, con la que maneja cualquier trámite. Pero, a pesar de ello, yo apoyaba su gestión, su funcionalidad y su papel en general en la sociedad.En concreto me estoy refiriendo al Ayuntamiento de Madrid. Todo esto ha ido cambiando y mi opinión al respecto se ha ido degradando, y no de la noche a la mañana, sino a lo largo de los últimos cuatro a cinco años, y en particular en el último año.

Yo, como buen o mal conductor, he sido sancionado por el Ayuntamiento de Madrid en unas cuantas ocasiones, más de las que yo quisiera. Como buen ciudadano y consciente de mis derechos, en la mayoría de los casos he procedido a hacer las pertinentes alegaciones y recursos, pero ¿cuál era mi sorpresa? Independientemente de lo que alegara, la contestacion que me daban era siempre la misma, al pie de la letra.

Yo sé que a veces no tenía razón y no era procedente que estimaran mis alegaciones, pero otras no lo eran, pues aportaba pruebas contra ello. Me refiero por ejemplo, que ante varias multas de aparcamiento dentro de la misma semana y en el mismo lugar (exactamente el mismo) me multaran por conceptos diferentes. De esas multas sólo una era correcta, las demás eran erróneas y debían ser archivadas. Pues no, la respuesta era siempre la misma.

Y eso no es todo; para colmo, últimamente, cuando después de ser notificado por primera vez de una infracción, en este caso yo no era el conductor, por lo que procedí a identificar al conductor; cuál fue mi sorpresa que me responden diciendo que, acabado el plazo para mis alegaciones, sigue el procedimiento sancionador. ¡Dios mío, qué impotencia! Yo había hecho mi alegación por correo certificado en el plazo indicado y, a pesar de ello, no le hacen el más mínimo caso. En resumen: ¿por qué no se tienen en cuenta los derechos de los ciudadanos?, ¿es que acaso para una multa de 15.000 pesetas tenemos que ir a los tribunales? El Ayuntamiento sabe que un ciudadano de a pie, como puedo ser yo, difícilmente irá a los tribunales por 5.000 o 15.000 pesetas.- . Madrid.

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