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La mayoría del PP Europeo se opone a la expulsión de los conservadores austriacos

Tres partidos miembros del Partido Popular Europeo (PPE) firmaron ayer la propuesta de expulsión de sus colegas conservadores austriacos. La propuesta no fue rubricada por su principal impulsor en declaraciones públicas, el PP español de José María Aznar. Fuentes de este grupo admitieron ayer que la iniciativa no cuenta con suficientes apoyos: "Tiene menos de 30 votos a favor y la oposición de 80 en el buró político", dijeron. El líder de los conservadores alemanes, Hans-Gert Pöttering, afirmó que la mayoría votará contra la expulsión si no se alcanza antes una solución de consenso.

La llegada de la extrema derecha al Gobierno de Austria, de la mano de un partido miembro del PPE, ha provocado la división en la familia de los conservadores europeos. El pleno del buró político del PPE (128 votos), celebrado ayer en Bruselas, fue una prueba. Las posiciones enfrentadas que se vivieron durante el debate parlamentario de la semana pasada afloraron en la reunión de ayer, destinada a acordar sanciones contra el Partido Popular Austriaco (ÖVP), el socio de Jörg Haider.El mecanismo de expulsión está en marcha porque ya se presentaron las tres firmas requeridas por los estatutos, pero no se aprobó una resolución conjunta por falta de consenso. "No queremos interferir en el proceso de expulsión que se ha abierto hoy [por ayer]", explicó el secretario general del PPE, Alejandro Agag.

La propuesta de expulsión fue avalada por los socialcristianos belgas (PSC), los centristas franceses (UDF) y los populares italianos (PPI). La iniciativa no contó con la firma de los populares españoles, uno de los impulsores de las medidas duras. Una circunstancia que su jefe de filas en el Parlamento Europeo, Gerardo Galeote, justificó con el argumento de que "las propuestas de expulsión deben tener el apoyo de tres partidos, pero no de dos o de cuatro", aunque precisó que apoyaban la expulsión de los austriacos. Otras fuentes del PP admitieron que "a Aznar no le convenía firmarla porque es el principal jefe de Gobierno en el PPE".

Una explicación adicional a la prudencia de Aznar podría ser el hecho, nada baladí, de que la mayoría de los populares europeos se declararon ayer contrarios a la expulsión de sus colegas austriacos, empezando por los conservadores alemanes (que ceuntan con 53 votos de los 128 del buró político).

"Hay una gran mayoría que dice que es mejor controlarlos desde dentro que expulsarlos. Si tenemos que juzgar por lo que se ha dicho hoy aquí y fuera de la sala, apenas tenemos 30 votos a favor y 80 en contra", admitieron fuentes del partido español. Sólo los tres firmantes, el PP de Aznar, los flamencos del CVP y los conservadores holandeses, luxemburgueses y griegos, han apoyado la propuesta.

Pecadores arrepentidos

Los austriacos, como es lógico, los alemanes, suecos, daneses, finlandeses y portugueses clamaron ayer contra la expulsión. "La Biblia dice que el pecador que se arrepiente...", escribe el presidente del PSD portugués, José Manuel Durão, en una dura carta en la que se opone al castigo y recuerda que el Partido Popular Austriaco (ÖVP) fue fundador del PPE. Tampoco los partidos de Europa del Este asociados al PPE se han alineado a favor de la medida más dura. "Ése es otro drama. Ninguno de ellos ha realizado ni una sola declaración de condena a la llegada de Haider al poder", lamentaron en el PP español. Fronterizos con Austria y Alemania, muchos de esos partidos no parecen desear enfrentamientos con sus vecinos por el hecho de defender las posiciones de España, Francia y el Benelux.

Ante este clima de división interna, los barones del PPE han empezado a moverse para alcanzar una solución de consenso. Los estatutos obligan a cumplir determinados requisitos antes de decidir sobre la petición de expulsión. Eso abre las puertas a todo tipo de negociaciones antes de que, si no hay acuerdo, deba tomarse una decisión el 6 de abril.

El presidente del PPE, el belga flamenco Willfried Martens, partidario de la expulsión, reconoció que "la solución de consenso sólo será posible si se renuncia tanto a la expulsión como a la suspensión de militancia". La suspensión de militancia hasta que la extrema derecha deje el poder en Austria, es una vía defendida por José María Aznar pero que en los estatutos sólo está prevista en el caso de impago de cuotas. Aunque "todo lo que no está en el Estatuto se puede introducir a través del reglamento interno", recordó Martens.

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