El relevo de magrebíes por europeos del Este reaviva la tensión en El Ejido

La huelga que mantienen los inmigrantes magrebíes en El Ejido (Almería), con la que exigen medidas de seguridad ante la oleada de ataques racistas que se están registrando en la zona, está provocando tensiones entre diferentes colectivos de trabajadores extranjeros. Los empresarios de la comarca del Poniente han comenzado a contratar mano de obra procedente de los países del este de Europa ante el temor de que se pierdan las producciones agrícolas.

Tanto los empresarios como la policía han expresado su temor a que esta situación desemboque en choques entre los diferentes colectivos de trabajadores. Mientras, el número de detenidos por los incidentes de los últimos días continúa incrementándose y anoche la cifra se elevaba a 42, de los que 26 eran magrebíes. Representantes políticos y sindicales se trasladaron ayer a El Ejido en un intento por apaciguar los ánimos. Sin embargo, el alcalde de la localidad, Juan Enciso, rompió el acto al negarse a asistir a una reunión conjunta. El secretario general del PP, Javier Arenas, y el ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, se reunieron con Enciso, quien pidió que se repatriara a los inmigrantes ilegales. Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, achacó los incidentes al aumento de inmigrantes ilegales y añadió: "En la medida en que un inmigrante no está legalizado, no existe para el Gobierno y, por lo tanto, no es fácil acudir en su ayuda". Ayer no se produjeron incidentes graves, aunque el incendio de una planta de reciclado de plásticos que se inició en la noche del martes no pudo ser extinguido hasta las 11 de la mañana.