Los dos San Jorge

Uniatas y ortodoxos (patriarcado de Moscú) no sólo comparten la mayor parte de sus creencias religiosas sino que, en Lvov, frontera religiosa entre el Este y el Oeste de Europa, sus dos templos principales llevan el mismo nombre: San Jorge (Yura en ucraniano). Los ortodoxos llaman al suyo pequeño Yura y, ciertamente, lo merece por sus dimensiones. Apenas si caben en él unas decenas de personas, y en las dependencias adyacentes queda el espacio justo para la vivienda del arzobispo, la escuela y la administración.

Es la única iglesia que les queda en Lvov, donde en tiempos comunistas llegaron a tener 13. Todo el mundo la conoce como la iglesia rusa, pero no faltan ucranianos entre quienes aquí vienen a rezar, y el arzobispo y los popes hablan ucraniano y ruso.

Es éste uno de los pocos templos de la región sobre los que no ha habido disputa, ya que fue construido en 1902 por los ortodoxos. Pero estos siguen sin poder aceptar la pérdida de la gran Yura, la monumental catedral de San Jorge que, en su opinión, les fue arrebatada injustamente por los uniatas.

El templo fue construido por los ortodoxos en el siglo XII, y fue reconstruido por los uniatas después del acuerdo de Brest. Por tanto, el principio de que quien construye se apropia no era aplicable automáticamente, así que se creó una comisión especial para debatir el asunto.

La discusión no condujo a ningún resultado, y el conflicto se resolvió a la brava: los uniatas, más fuertes, se quedaron con la catedral sin más. Y las autoridades locales les apoyaron.

En la región de Lvov (Ucrania Occidental) hay registrados 96 casos de enfrentamientos entre uniatas y ortodoxos de las tres ramas por el control de las iglesias. Los católicos tienen cubierto el 85% de sus necesidades de templos y los ortodoxos, el 64%. Hay también bastantes casos de conflictos entre ortodoxos.