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El mejor defensa de fútbol americano, detenido por dos asesinatos

La Liga Nacional de Fútbol (NFL) de EEUU entró ayer en estado de shock con la detención por doble asesinato en Atlanta de Ray Lewis, de 24 años, defensa de los Ravens de Baltimore y jugador que en la temporada concluida realizó el mayor número de placajes. La detención de Lewis se produce al mes de que otro jugador de la NFL fuera procesado por asesinato.

La fiscalía piensa pedir la pena capital para Rae Carruth, delantero de los Panthers de Carolina de 26 años, por matar a tiros a su mujer embarazada. El niño se salvó.El incidente que el lunes costó la vida a dos jóvenes de 21 y 24 años se produjo en la noche más brillante de la NFL, después de que los Rams de St. Louis ganaran la Super Bowl. Como miles de los asistentes al acontecimiento deportivo, una vez terminado el partido, Lewis y unos amigos se fueron de parranda a Buckhead, una zona de Atlanta llena de clubs de strip tease en un estado, Georgia, que es de los pocos que permite el desnudo integral.

Según testigos, a las cuatro de la mañana se montó una trifulca en las inmediaciones del Cobalt, que para esa horas ya estaba cerrado. Seis hombres se enfrentaron con las dos víctimas, de 24 y 21 años, antes de huir en un coche desde el que se hicieron algunos disparos. Ayer, la policía decía que los dos muertos lo fueron por heridas de arma blanca. El Cobalt ya conoce lo que es la sangre. El pasado 17 de enero otro hombre murió tiroteado allí.

Los jugadores de los Rams y de los Titans de Tennessee, los finalistas, habían sido advertidos de que evitaran Buckhead y especialmente por un club cuyo propietario está acusado de mantener relaciones con la mafia.

Lewis había acudido a Atlanta como invitado a la Super Bowl y a firmar autógrafos y el lunes tenía previsto viajar a Honolulu para uno de los partidos de exhibición de postemporada. En la recién concluida campaña había sido el defensa más efectivo, con 167 placajes.

El jugador insiste en su inocencia y su abogado mantiene que ésa es la tesis de la policía, que busca a otros dos sospechosos. El propietario de los Ravens le concede el beneficio de la duda y dice que no habrá sanciones mientras no se demuestre la culpabilidad de Lewis.

No es esta la primera vez que Ray Lewis, quien firmó en 1998 un contrato por cuatro años y 26 millones de dólares (cerca de 4.500 millones de pesetas), se ve en problemas. En diciembre fue acusado por una mujer de haberla golpeado en un bar de Baltimore. Ni es la primera vez que la NFL tiene que hacer frente a una crisis semejante. Para Paul Tagliabue, comisario de la NFL (equivalente a presidente de la federación), la noticia era "devastadora". Tagliabue había hecho el pasado viernes una cerrada defensa de la conducta de los 2.500 jugadores de la NFL, de quienes dijo que tenían una conducta que era mucho mejor que el promedio de la sociedad. Eran palabras que sonaban a defensa angustiada al tiempo que defendía los esfuerzos preventivos de la liga al tratar con jugadores llegados muchas veces de los medios más desfavorecidos y violentos de EEUU. Lewis creció en una familia monoparental, y vio cómo en 1996 morían asesinados a golpes su mejor amigo y su novia. Jevon Kearse, una estrella de la defensa de los Titans, a punto de terminar sociología, creció en una familia en la que cuatro miembros fueron asesinados, un primo suyo murió en la cárcel y otro purga una cadena perpetua.

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