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Pactos sin coaliciones

Pedro Gorospe

El PNV y Euskal Herritarrok han acabado llegando a un punto intermedio en la colaboración institucional, a partir de intereses contrapuestos. No fue posible formar un Gobierno vasco de coalición entre las tres fuerzas nacionalistas, como llegaron a plantear a Arnaldo Otegi el lehendakari Ibarretxe y el PNV-EA, sino sólo un pacto de apoyo parlamentario. Para EH es tabú entrar en el Gobierno vasco, una institución que nace del Estatuto y que a su juicio "divide" territorialmente a los vascos. A cambio de ofrecerles estabilidad parlamentaria, se asegura que el PNV y EA no se separen del camino de Lizarra y pacten con las fuerzas "españolas". Sin embargo, tampoco hay gobiernos forales de coalición nacionalista, como quería EH, sino apoyos presupuestarios, que es como quedarser a medio camino, conformándose con condicionar la orientación del gasto público. En este caso la resistencia era del PNV, que no quería tener a EH sentado en los consejos de diputados y con acceso a asuntos tan sensibles como los tributarios. En este juego de intereses contradictorios, cada partido ha vendido hacia dentro que esos movimientos tácticos tenían como objetivo consolidar la paz y atraer al otro hacia sus propios postulados. El PNV centraba a EH al meterle en la dinámica y trabajo institucionales, y EH conseguía que el PNV abandonara su centralidad política y se adentrara en sus propias raíces nacionalistas para reivindicar la territorialidad, y la soberanía de Euskal Herria.

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El acuerdo presupuestario con la Diputación de Guipúzcoa cierra ese proceso sinuoso que comenzó con la firma, en mayo, del pacto de apoyo en el Parlamento vasco, y que siguió con el acuerdo in extremis del 23 de diciembre con la Diputación de Vizcaya.

La imagen del portavoz de EH, Arnaldo Otegi, en el Parlamento vasco, hablando de estabilidad institucional tras las elecciones de octubre de 1998, fue novedosa en aquel momento en el que la tregua de ETA parecía abrir un tiempo distinto. La actualidad no deja de ser un laberinto de argumentos. El lehendakari ha dejado en suspenso el pacto con EH, al no condenar ésta el asesinato de ETA. Pero los mismos partidos del Gobierno llegan a acuerdos en Vizcaya y Guipúzcoa, e incluso pactan proposiciónes en el Parlamento vasco. Los firmantes de Lizarra, sin IU, siguen adelante, aunque sea más despacio.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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