Homenaje a las víctimas de Guatemala
El Ministerio de Asuntos Exteriores rindió ayer homenaje a la memoria del diplomático español Jaime Ruiz del Árbol, que hace veinte años murió en el asalto de la polícia de Guatema a la embajada de España en ese país centroamericano, que se saldó con el trágico balance de 37 muertos. Ante la placa que recuerda la memoria del diplomático situada en el palacio de Santa Cruz, junto a la de otros diplomáticos muertos en acto de servicio, Abel Matutes expresó su "admiración y respeto" por los funcionarios "que han servido a la comunidad y al Estado, haciendo gala de conductas valerosas, ejemplares y heroicas". Entre los asistentes se encontraba, además de la viuda y la familia de Ruiz del Árbol y numerosos diplomáticos, Máximo Cajal, embajador de España en Guatema en aquellas fechas y único superviviente del asalto, al que Matutes rindió homenaje. "Quiero transmitirle, una vez más, mi respeto por el dolor que le ocasionó aquel triste episodio y mi admiración por su valor y, desde luego, por haberse sabido mostrar a la altura de aquellas difíciles circunstacias como embajador de España". Cajal acaba de publicar un libro de memorias sobre aquel asalto -¡Saber quién puso el fuego ahí!- en el que recoge un amplio abanico de testimonios que documentan la responsabilidad del aparato represivo guatemalteco no sólo en el incendio de la embajada, en aquel momento ocupada pacíficamente por tres docenas de campesinos, sino en el asesinato posterior del otro superviviente de la matanza. Cajal tuvo que escapar del hospital donde se encontraba con graves quemaduras bajo el amparo de diplomáticos amigos para huir de una muerte cierta. La trágica historia de Guatemala en estos últimos veinte años ha sido la de una extrema derecha dispuesta a defender a sangre y fuego sus privilegios.
