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SUCESOS

Hallado el segundo cuerpo calcinado en dos días en el mismo barrio de Valencia

Cuando se dirigía a desayunar al bar de costumbre, Manolo, un trabajador de una empresa de vidrio de Manises, se topó ayer, sobre las 6.20, con un cuerpo humano envuelto en llamas. Estaba acurrucado a la entrada de un garaje en el número 22 de la calle de Juan de Aguiló, en Valencia. Una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía, alertada por este ciudadano, llegó poco después y extinguió las llamas con un extintor. Pero la víctima, una mujer, ya estaba casi carbonizada.Se trata del segundo cuerpo calcinado hallado en dos madrugadas consecutivas en el mismo distrito de Patraix, separados por unos pocos centenares de metros. Con todo, un portavoz policial aseguraba ayer que no han hallado aún ninguna conexión entre ambas muertes.

Tras la primera inspección, los investigadores de la Jefatura Superior de Policía creen que esta mujer (joven, a juzgar por su complexión), también fue asesinada. Han encontrado restos de gasolina junto al cadáver, pero ni rastro de la garrafa o botella que contenía el combustible y que, en su opinión, debió llevarse el homicida que le prendió fuego. Los vecinos pensaban que la víctima podría ser una persona sin techo que se refugió del frío durante la noche en el hueco de la entrada del garaje. De hecho, los vecinos de la finca han instalado una verja en el portal después de que diversas personas sin recursos lo utilizaran como dormitorio. Pero la policía duda de que se trate de una indigente porque no llevara las bolsas en las que suelen guardar sus pertenencias.

Sin embargo, mientras el hombre de raza negra calcinado el jueves en el interior de un Renault 11 en un solar de la calle de La Vall d'Uixó había muerto previamente acuchillado en el tórax, los forenses no hallaron ayer ninguna señal de violencia importante, aparte de la acción del fuego, en el cuerpo de la mujer.

Además, mientras el caso del hombre apuñalado parece tratarse, en opinión de los agentes, de un ajuste de cuentas relacionado con el narcotráfico, por ahora no hay un móvil claro de esta última muerte. Los policías llevaron a la Jefatura a Pilar, una vecina, para tomarle declaración porque bajó con un cubo a apagar lo que creía "un tronco que ardía".

De momento, la policía intenta regenerar los dedos de ambos cadáveres para extraer sus huellas dactilares e identificarlos.

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