El mármol del aeropuerto no resiste el tiempo

"El asunto es tan simple como que estos mármoles se usan para revestir paredes y aquí, en el aeropuerto de El Prat, se han colocado en el suelo"; esa es la explicación contundente y simple del percance más visible de los trabajos de reforma del aeropuerto de El Prat que da hoy uno de los trabajadores contratados para reparar los suelos. La reforma, rerealizada en 1991 por FCC (Fomento de Construcciones y Contratas) bajo la dirección del arquitecto Ricardo Bofill, dejó en los suelos del aeropuerto 100.000 metros cuadrados de mármoles que no resisten el paso del tiempo y aún menos los golpes y rodamientos de los carritos repletos de maletas.Desde poco después de su colocación, Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), propietaria de las instalaciones, se afana en la reparación y sustitución de las piezas de mármol travertino y poroso. Se ha probado a rellenar sus poros con resina sintética y las brigadas de sustitución han actuado en todas las terminales. Pero todos los intentos han fracasado y la prueba es que en la nueva terminal Olímpica, futura terminal B, que está a punto de inaugurarse, el suelo es muy distinto del mármol elegido por Bofill para las terminales que se reformaron antes de los Juegos Olímpicos.

En la terminal A, destinada a los vuelos internacionales, se están levantando 600 metros cuadrados de suelo para reparar el forjado sobre el que se asientan las placas de mármol porque su deterioro originaba nuevas roturas, según informa un portavoz oficial de AENA. Los trabajos en la terminal A corren a cargo de una pequeña empresa de Castelldefels. AENA, que paga las facturas de los trabajos, considera ese asunto como una vieja cruz de sus instalaciones en Barcelona . Pese a que una cantidad impresionante de placas muestra grietas y fragmentaciones, la empresa no se plantea su sustitución definitiva.

FCC contrató como suministradora de los mármoles griegos de las paredes y de los mármoles andaluces de los suelos al grupo empresarial Natural Stone, propiedad de José Manuel Gómez Salgado, que acabó suspendiendo pagos en 1995 con un pasivo de 320 millones de pesetas.

Esta firma, radicada en Sant Celoni, comercializó los mármoles, y una de sus filiales, Natural Stone Marketing Centre (ahora Iniciatives Marketing i Inversions), reúne como socios en el negocio a Gómez Salgado y a Jordi Pujol Ferrusola, hijo primogénito del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. En la misma empresa del grupo Natural Stone, que sigue activa y declara como objeto social la compra venta internacional de mármoles y granitos, figuraba como apoderado Jordi Puig, hermano del actual consejero de Medio Ambiente, Felip Puig, conocido dirigente de CDC.