"Guti se convertirá en una referencia"

José María Gutiérrez, Guti, vive el momento más decisivo de su carrera. Es la primera vez que un entrenador del Madrid, Vicente Del Bosque, hace de él una pieza clave. Las tribunas del Bernabéu, sin embargo, le han convertido en símbolo de todo lo que les irrita del equipo: una suerte de suficiencia, distracción, y el enigma de un talento que zozobra. Esta tarde, Guti regresa al Bernabéu después de sufrir la ira del público en su última comparecencia, el 18 de diciembre pasado. Se retiró sustituido entre abucheos, directamente al vestuario. Había jugado 89 minutos. Enfrentado al Espanyol y a su propio público.Con 23 años y después de tres temporadas lindando el fracaso, Vicente Del Bosque, técnico especializado en la cantera madridista, lo ha tomado por los hombros y le ha colocado al frente del timón del equipo. En la media punta, el puesto que Guti siempre reivicidicó como el suyo por naturaleza y el de su ídolo, Maradona.

La apuesta tiene fundamentos objetivos, según el técnico: "Creo que Guti se convertirá en una referencia en este club. Es un centrocampista con profundidad, sabe crear juego, tiene pase, velocidad, es envidiable en el uno contra uno. Y siempre ayuda al compañero, incluso metiéndose en situaciones muy delicadas. Es un gesto de compañerismo y la gente no se da cuenta".

"Guti lo tiene todo. Es capaz de hacer lo que se proponga", decía su compañero de habitación en las concentraciones, Fernando Sanz. Desde que tenía nueve años -cuando llegó al Madrid-, Guti fue un prodigio del que los habituales de la Ciudad Deportiva se informaban con reverencia. Su talento natural le permitió asimilar gestos de futbolistas del primer equipo: desde el pase al hueco de Laudrup, engañando con la mirada y el cuerpo, hasta el regate de Redondo, protegiendo el balón con el cuerpo y los brazos.

Del Bosque tiene grabada en su memoria el día en que le vio por primera vez: "Me llamó un técnico y me dijo: 'Mira cómo le pega al balón este chaval, con sólo nueve años'. Lo trajeron de Torrejón. Tenía condiciones naturales y ha desarrollado velocidad y resistencia".

Valdano le hizo debutar junto con Raúl. Y a primera vista, todos los técnicos que le siguieron -de Capello a Toshack pasando por Hiddink y Heynckes- se quedaron impresionados por sus condiciones. Luego le pedían disciplina táctica. Y al final perdían la esperanza ante su actitud desconcertante. Del Bosque se siente comprometido con Guti. Le conoce desde hace 15 años: "Yo he sido muy crítico con él, en todos los sentidos. Siempre le he recriminado. Como centrocampista debe defender. Si no lo hace, nunca será un gran jugador. Pero no creo que sea displicente... Puede parecer una bobada de mi parte pero intenté darle una educación integral. Antes le pedía que se cortara el pelo. Me dijo que no se lo cortaría. Y claudiqué '¿Qué le vamos a hacer?', me dije. Lo importante es que sea un buen futbolista".