A Sáez de Juano
El miércoles pasado estuve en Gandia y como no pude verte le dije a Mari Lola que te llamaría para contarte unas cuantas cosas y de paso ver cómo iba todo. Y mira por dónde, me he quedado con las ganas. Me he quedado con las ganas y tengo que recurrir a escribirte una carta que no hubiera querido escribirte nunca. Quería hablarte de cómo iban las cosas y de paso dar una vuelta a todo como solíamos hacerlo en muchas ocasiones, desde que nos encontramos un día en que tu ibas de flamante candidato por la Comunidad Valenciana en aquella operación Roca que nos tenía a los populares, Alianza Popular por entonces, la mar de preocupados.Yo buscaba un cap de llista para Gandia como Diógenes la luz con un candil a la luz del día, y tu madre, muy aliancista ella, no dejaba de dar vueltas a su preocupación y venir a contarme por qué su José Vicente no estaba en sus filas y cómo sería posible hacerle cambiar de idea. Yo no hacía más que decirle: "Mira tocaya, eso está arreglado al lunes siguiente después de las elecciones (eran las generales del 86), te lo prometo". Buscaba un hombre honrado, íntegro, trabajador y responsable y allí estabas tú. Mi único afán era dejar el partido en manos de quien, junto al diálogo, el saber hacer y la eficacia en sus tareas, diera la talla del candidato ideal, o al menos lo más ideal posible, eso que dicen que ya no existe, pero que la coincidencia se dio en tí. Porque además eras un hombre de bien, eso que dicen también que en la clase política no existe. Amigo de tus amigos y generoso con tus enemigos.
Aquello por supuesto que se cumplió y muchas cosas más que proyectamos juntos: la integración de los cristianos, los liberales, los no liberales y todo aquel que quisiera venir a trabajar en el proyecto ilusionante de construir una derecha gandiense sólida y con futuro. Ya no recuerdo muy bien los eslóganes de aquellas campañas, pero sí estaba entre ellos la palabra futuro. Al tener que trasladarme a vivir a Valencia, tenía que dejar la presidencia del partido en Gandia, pero estaba contenta porque había encontrado la persona idónea para la sustitución, sin problemas, sin tiranteces ni traumas sucesorios, ¿te acuerdas? Un día nos reunimos a cenar todos, con muchos amigos que vinieron a acompañarnos, en La Casona, me marché y tú te quedaste feliz. Luego ya hablábamos más de otras cosas, de nuestras hijas, ya habían salido del colegio, iban a empezar sus carreras, sus problemas y nuestras preocupaciones por ellas, vamos, lo normal de a diario, y algún chisme político entre medias para darle sal a la conversación y matar el gusanillo. Ayer en la Colegiata de Gandia pasaba la película, rebobinaba y volvía a pasarla en cámara lenta. Se había realizado en gran parte el proyecto. Luego vino todo lo demás.- , ex presidenta del PP de Gandia.
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