El Valencia respalda a su entrenador, Héctor Cúper, y le otorga poderes para castigar al 'Piojo' López
El Valencia ratificó ayer a su entrenador, Héctor Cúper, y le dio poderes para que tome las "medidas oportunas" contra los jugadores que expresaron la semana pasada su disgusto con el técnico (Camarasa y Piojo López). El presidente, Pedro Cortés, y el consejero delegado, Manuel Llorente, presentaron la dimisión ante el consejo de administración, conscientes de que ésta no iba a ser aceptada por los directivos. Pedro Cortés, reveló tras la reunión que mantuvo ayer por la tarde el consejo de administración que había presentado la dimisión, pero que ésta no fue aceptada. "Creí conveniente hacerlo para sentirme reforzado por mis compañeros", dijo Cortés, que no fue el único que presentó la dimisión. También el consejero delegado del club, Manuel Llorente, lo hizo. En este último caso, los consejeros próximos al ex presidente del Valencia y máximo accionista de la entidad Francisco Roig, Manuel Safont y Bienvenido Asensi, aceptaron la dimisión. El resto de directivos, sin embargo, se opuso.
El consejo de administración del Valencia, por otra parte, ratificó a Cúper. Su despido le costaría unos 1.000 millones de pesetas al Valencia, que no nada precisamente en la abundancia. Cúper no ha conectado ni con la plantilla ni con la grada, pero Cortés insistió:"Estamos con el entrenador y con la plantilla".
Gran parte de la crisis del Valencia deriva de una enemistad personal que no se sabe muy bien de dónde procede. Pero resulta evidente que no hay química entre el Piojo López y su compatriota Héctor Cúper. Y que esta animadversión ha tenido graves consecuencias para el devenir del equipo en la presente campaña. En caso de pretender castigar a Piojo, Cúper no lo tiene fácil. El delantero argentino es uno de los pesos pesados de la plantilla, aunque tras los pitos recibidos el domingo en Mestalla quizá su influencia haya disminuido. Tras la eliminación ante Osasuna, Cortés conminó a Cúper a que alineara al delantero argentino, que fue sustituido en el partido de vuelta de la Copa. El técnico, el pasado jueves, no descartó hacer un limpieza en el vestuario.
Camarasa, el hombre que destapó la semana pasada las malas relaciones entre parte de la plantilla y el entrenador, el capitán en la sombra del equipo, con 19 años en el club y ahora pieza clave para la remontada que está experimentado el Valencia B, puede ser apartado de los entrenamientos que venía haciendo con el primer equipo.
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