Una apuesta por la tecnología propia
EMPRESAS Y EMPRESARIOSDesarrollar producto más allá del día a día es caro y, sin embargo, esencial para ser competitivo. En 1986 un grupo de fabricantes de máquina herramienta, que representan el 25% de la producción española con una facturación de 34.163 millones de pesetas, una exportación del 70% y una plantilla conjunta de 1.777 operarios, (Zayer, Etxetar, Anayak, Grupo Goratu, Doimac, Ibarmia, Jator, Onar Electroerosión, Mebusa y Sacem) se dieron cuenta que necesitaban unir sus esfuerzos para ir más allá del pedido de mañana, para contar con un desarrollo tecnológico que les permita estar siempre listos. Así se fundó en Elgoibar Fatronik con tres líneas estratégicas claras: innovación tecnológica, internacionalización y promoción empresarial.Su investigación viene siempre apoyada en las necesidades de la industria. De hecho, el pasado año el 72% de su actividad tecnológica fueron proyectos bajo un pedido concreto. El desarrollo de estos proyectos de investigación no se hace sólo con su esfuerzo. Fatronik participa en proyectos europeos con otras empresas de la Unión Europea con financiación de los programas Brite-Euram, Esprit, Craft, o Eureka de la Comisión Europea. Esta apuesta por la tecnología le ha permito lograr el reconocimiento oficial como Centro de Innovación Tecnológica.
La segunda pata de Fatronik, la internacionalización, está directamente ligada a la primera. "Intentamos de la mano del centro tecnológico Tekniker generar una infraestructura de centros que sean capaces de crear actividades tendentes a promover la incorporación de nuestras empresas a mercados extranjeros", señala Luis Goenaga, director gerente de Fatronik. La primera opción de mercado es Latinoamérica donde ya se cuenta con un centro en Argentina y se van a instalar durante este ejercicio otros tres.
Todo el desarrollo de Fatronik tiene un objetivo final, favorecer a sus socios y crear nuevos puntos de negocio. Esta filosofía ha permitido el desarrollo de una división de promoción de empresas que, con la colaboración de terceros, se convierten en filiales propias. Así destacan Goitek System en el área de comunicación industrial, Pronet, una cosultura especializada en internacionalización, o Fedet, una corporación que fomenta el desarrollo de un tejido empresarial de base tecnológica.
El reto de liderar proyectos europeos
"En 1988 te llamaba alguien y te ofrecía colaborar en un proyecto de investigación europea. A la hora de la verdad trabajábamos poco. Llamaban porque les exigían contar con socios del sur. Aprendimos rápidamente", asegura Luis Goenaga, director gerente de Fatronik. España aporta el 7% del presupuesto europeo y recibe pocos retornos porque se investiga poco. En Fatronik se dieron cuenta de esta circunstancia y de la necesidad de encontrar apoyos para proyectos propios y se puso manos a la obra. En todo proyecto de investigación europeo hace falta encontrar socios de otros países de la Unión Europea, bien centros tecnológicos o bien empresas.
En Fatronik hace años que aprendieron la lección y tienen ya una propia estructura de colaboración con las instituciones de la Unión Europea.
La Unión Europea exige unos trámites concretos. Lo primero es encontrar las empresas colaboradoras para una idea que alguien propone, es decir, lidera. El segundo paso es someterlo a una comisión de evaluación nombrada por la Comisión Europea.
El proyecto se evalúa sin saber quien lo presenta. De hecho, Fatronik participa en el comité de evaluación nombrado por la Comisión Europea para muchos proyectos.
La empresa de Elgoibar ha participado en casi 30 proyectos de investigación realizados con fondos europeos.
Una empresa para crecer y una fundación para investigar
La estructura de Fatronik dio un giro el pasado año. Sus responsables pensaron que la investigación no era precisamente más que una apuesta de futuro y no un negocio como tal. Así que decidieron desgajar esta parte del negocio y convertirlo en fundación. La neutralidad fiscal de una figura sin ánimo de lucro le iba a permitir una mayor rentabilidad de su propósito final, el desarrollo tecnológico. Así, el año 2000 se inició con cambio de estructura. Los aproximadamente 500 millones de pesetas de presupuesto para investigación se destinarían íntegros a este fin y no se mezclarían con la actividades empresariales propias. El nexo de unión entre la empresa y la fundación se mantendrían: el consejo de administración de la primera coincidirá con el patronato de la segunda.
La facturación de Fatronik, antes de que se desgajara la fundación, era de 600 millones. Ahora las cifras van a cambiar. La previsión de Fatronik, SA para el año 2000 es alcanzar una cifra de ventas que puede oscilar entre los 400 millones de pesetas y los 1.000. Todo depende del apartado de promoción de empresas y de cuantos proyectos se desgajen y se conviertan en filiales.
En todo caso, el conjunto de Fatronik da empleo a 34 personas con una edad media de 30 años y una formación mayoritaria de ingenieros superiores y técnicos especializados en organización, industria o electrónica. Fatronik, como la mayoría de las empresas que busca mano de obra muy cualificada, se ha topado con problemas para encontrar gente para cubrir algunos puestos.
De hecho, la formación es también uno de sus objetivos. Así en 1992 se convirtió en una de las entidades fundadoras del Instituto de Máquina Herramienta, cuyos alumnos no conocen el desempleo.
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