Ya son 31 los cadáveres de empresarios islamistas hallados en Turquía
En el transcurso de la investigación emprendida para desmantelar a la organización terrorista Hezbolá (Partido de Dios) en Turquía, la policía ha logrado desenterrar hasta el momento 31 cadáveres en diversas ciudades del país, todos ellos empresarios islamistas procedentes del sureste turco. Los últimos 14 cuerpos sin vida fueron rescatados este fin de semana en la conservadora ciudad de Konya (centro) y Mersin (sureste).
Enterrados en sótanos o patios interiores de viviendas deshabitadas y en avanzado estado de descomposición, los últimos cadáveres se suman a los 10 descubiertos en Estambul el pasado miércoles, a los tres exhumados el jueves en un barrio de chabolas de Ankara y a los otros cuatro que la policía encontró el viernes pasado en la ciudad de Konya. A lo largo del fin de semana, la policía turca ha detenido en las principales ciudades del sureste del país a unos 150 militantes islamistas sospechosos de pertenecer a la banda terrorista.
Uno de los cuerpos recuperados en Konya pertenece a la escritora islamista Konca Kuris, férrea defensora de los derechos de la mujer en el Islam, que desapareció hace 18 meses. Según fuentes policiales, podría haber sido secuestrada por Hezbolá debido a su liberal concepción del papel de la mujer dentro del mundo islámico.
La operación policial contra Hezbolá, considerado por el departamento de Seguridad turco como el grupo proislamista más peligroso de Turquía, comenzó el pasado lunes cuando dos miembros de la banda fueron detenidos por la polícia en Estambul mientras permanecían en la vivienda unifamiliar de una de las víctimas.
Más cuerpos
El líder de la facción de Hezbolá en Turquía, Hüseyn Velioglu, resultó muerto en la contienda. Las declaraciones de los detenidos han ayudado a localizar el lugar exacto en el que se habían ocultado los cadáveres y mientras continúe el interrogatorio, no se descarta la posibilidad de hallar nuevos cuerpos sin vida.
La mayoría de las víctimas llevaban varios meses enterradas y aparecieron con los pies atados y las manos anudadas a la espalda. Algunas de ellas todavía conservaban los alambres con los que fueron estranguladas alrededor del cuello.
El descubrimiento de esta masacre ha protagonizado desde el primer día las portadas de todos los periódicos locales, que acompañan la información con grandes fotografías en color de los restos humanos encontrados.
La organización terrorista Hezbolá (el Partido de Dios) comenzó a actuar en Turquía a mitad de los años noventa en el sureste del país y, según expertos de la lucha antiterrorista, creció al amparo de las autoridades locales como un aliado en la lucha contra los activistas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). El alto el fuego decretado por el líder de la guerrilla kurda, Abdalá Ocalan, desde la isla-prisión de Imrali ha abierto un proceso de pacificación en el sureste que ha obligado a Hezbolá a reorganizarse en las grandes ciudades con el objetivo de reclamar a importantes empresarios islamistas un "impuesto revolucionario".
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