Ni ancho ni ajeno: crónicas de Babilonia
La semana se la han disputado el enigma de los aerolitos, el enigma de Aznar, el enigma de los carteles electorales, el enigma de Pinochet y la barbarie del terrorismo. Y en lo tocante a los enigmas de cercanías, el de Zaplana, que en vez de un enigma parece un calvario. Cuando UV, depositaria del regionalismo castizo, le dio el corte a Zaplana, el buen hombre tiró de arrojo y exclamó moderadamente: "El nacionalismo soy yo". Menudo trago y qué vértigo el de Pere Mayor. Y es que hay quien no sólo respeta lo del pluralismo político, sino que lo ejerce: por la mañana, el rostro blindado de la derecha; por la tarde, la máscara pinturera del centro evanescente, y por la noche, pardo. ¿Que cuál es el enigma de los aerolitos? El CSIF. ¿Y el de Aznar? Aznar. ¿Y el de los carteles electorales? Los carteles taurinos. ¿Y el de Pinochet? Abel Matutes, aunque más que un enigma, es un estreñimiento.El soterramiento de la paciencia
En cuarenta y ocho horas, en Fitur, la Feria Internacional de Turismo de España, se procederá al lanzamiento de Terra Mítica, lo que se advierte al personal, para que se abstenga de escuchar los insinuantes cantos de las sirenas enrocadas en el peñazo de la Generalitat. Y aprovechando la ocasión, la ciudad de Alicante ofrecerá un stand de sol, arena y Explanada, que es lo poco que aún queda transitable. Y un slogan audaz: Ven cuando quieras. O cuando puedas, si no practicas el alpinismo y la espeleología. Y en tren, porque en coche sería más arriesgado que el París- Dakar. Y a propósito, ¿conocen ya la inquietante noticia? Pues el ministro de aeropuertos, Arias Salgado, el presidente Zaplana y el alcalde Díaz Alperi firmaron el protocolo del soterramiento de las vías. Esa es la noticia. Y lo inquietante: que no se fijaron fechas ni plazos de ejecución. Zaplana se apresuró a calificar el acontecimiento de "histórico", en un nuevo revival de escaso interés. El soterramiento es un tema electoral recurrente que se gastaba ya en la era socialista del novecentos, y el censo sabe muy bien que no es trigo limpio. Aunque el alcalde Díaz Alperi le ha sacado un cuerpo a Rita Barberá, que ni siquiera ha representado la escena del protocolo. A todo esto, Joaquín Almunia estuvo en la Universidad de Alicante, escoltado por Diego Macià, Ángel Franco, Juana Serna, que encabeza la candidatura para el Congreso, y otros cargos y carguetes públicos y orgánicos. El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, en su conferencia, después de darle unos pescozones al PP, se refirió a la España federal y al Senado, no como balneario de sesteo y toma de aguas antiflogísticas, sino como cámara territorial; y líricamente manifestó que José María Aznar veía en la pupila ajena del PSOE la paja de la corrupción, pero no en la suya propia la viga del escándalo sostenido: o sea, la reserva material de Occidente. Y es que esta derecha no cesa en su apasionado idilio con la idea de una patria-contenedor, que lo mismo sirve para guardar residuos espirituales que stock options. Almunia invitó a IU y a los nacionalistas a estar junto a él, en la babia de la Moncloa.
Torre de Babel, del sótano al ático
No se entienden muy bien las críticas a los populares por incluir en sus candidaturas, junto al maestro Federico Trillo, el to be or not to be, de la política ilustrada, a un torero y a una campeona olímpica. Más de uno tendrá que leerse el texto constitucional de una vez. El PP, conservador y fiel a las tradiciones, no ha hecho más que darle una mano de netol a la España cañí de toda la vida. Si acaso, le falta un bandolero con tocado calañés, un cura de teja y un puñado de moscas. Pero el PP y todos los partidos han cerrado sus listas, han dejado abiertas sus heridas, y se han puesto a vocear el rico voto: voto útil, voto multiuso, voto del miedo, voto unisex. El PSPV quiere los de EU y del BNV; el BNV, los del hastío del PSPV y de la UV; y el PP los quiere todos. Esperemos que los ciudadanos, bastante más responsables, den el voto de la convicción y no el de la conveniencia. Good morning, Babilonia.
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