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ETA VUELVE A MATAR

La decisión sobre el futuro del pacto con EH divide a los nacionalistas

El 'lehendakari' recibirá esta semana a Arnaldo Otegi

Los nacionalistas del PNV y EA afrontan a partir de mañana una semana difícil, que incluye la reunión de sus ejecutivas, que deben evaluar la reacción de EH al atentado de ETA y el futuro del pacto con los radicales, que el Gobierno vasco decidió dejar en suspenso. Ambos partidos discrepan sobre quién ha de realizar esa valoración y decidir: mientras EA sostiene que deben ser las ejecutivas de los partidos que lo suscribieron, el PNV la deposita en el lehendakari, Juan José Ibarretxe. El Pacto de Lizarra se reunirá el miércoles.

Aunque la suspensión del pacto se acordó por unanimidad en el Gobierno y en contacto con las direcciones del PNV y EA, este último partido reivindica para las ejecutivas de ambas formaciones, como firmantes del acuerdo, la valoración sobre si la reacción de EH al asesinato de Pedro Antonio Blanco es suficiente (se limitó a "lamentar" esa muerte), mientras el PNV opina que ésta corresponde al lehendakari. "Es la opinión de Ibarretxe la que cuenta para mí", dijo ayer su presidente Xabier Arzalluz, negándose a dar la suya.Por el contrario, EA sí ha dicho ya que encuentra elementos novedosos y positivos en el "lamento" de EH y en la atribución de la "responsabilidad directa" a sus autores. Su ejecutiva se pronunciará mañana.

El atentado de ETA ha dejado en Euskadi una estela de frustración e incógnitas ante cuya clarificación surgen las diferencias, incluso entre los socios de Gobierno, colocados en muy delicada situación por la vuelta de ETA. La salida de urgencia de dejar el acuerdo con EH "en suspenso" es, por definición, una fórmula transitoria y su desenlace definitivo, la decisión más relevante. Mientras el Pacto de Lizarra, que también afronta su propia crisis en una reunión esta semana, es un foro de formaciones políticas, el Acuerdo de Colaboración parlamentaria implica a las instituciones, e Ibarretxe ha sostenido siempre que el verdadero valor de ese acuerdo era su condición de "activo" del proceso de paz. El atentado de ETA le habría arrebatado ya esa principal virtualidad, al revelarse inútil para arrancar a EH el desmarque y la desaprobación de la acción terrorista.

La fórmula de la suspensión puede tanto sugerir que Ibarretxe alberga aún esperanzas acerca de EH, como revelar el vértigo ante una ruptura que le dejaría en minoría, abocado a otros pactos por ahora difíciles, o incluso a unas elecciones anticipadas, todo ello plasmando el fracaso de la política del PNV en los dos últimos años.

El lehendakari continuará la ronda de contactos con los partidos que inició el jueves y en ese marco recibirá a Arnaldo Otegi.

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