Caídos del cielo
En el paraíso de la españalesvabien hace parecer que lo que tocan se transforma en oro y en el jardín del Edén levantino del podervalenciano han conseguido que, por fin, caigan chuzos de punta, chuzos en el sentido de "carámbano" que significa "pedazo de hielo"; no pueden ser aerolitos ni frigolitos ni manolitos ni nada con el litos, igual a "piedra", dado que su composición es esa agua, aquí canto de alegría, mientras vaya acordado al ritmo de guitarra mora y no de gralla catalana. Pues bien, por fin pueblo escogido: los dioses nos apedrean más que a nadie con una nueva edición aumentada de maná, apto para las travesías de desierto: lo que cau del cel no fa mal. Podría ser una protesta de los dioses por la burda manipulación de sus currículums, panteones y olimpos en la sir par Terra Mítica.No es la primera vez que el cielo no puede esperar y envía presentes. Al enchufado obispo de Toledo de 667, san Ildefonso, hoy es su día, sinónimo de Alfonso (en germánico, "noble preparado"), le cayó encima una casulla por virginiano. A sus pies de su santo se hizo retratar, por Jacomart, el cardenal Alfons de Borja. Sant Raimon de Penyafort, pintado por Fray Angélico y celebrado hoy, con sólo estar propuesto para la primada Tarragona, que es la nuestra, hizo en seis horas el crucero Mallorca-Barcelona, sobre su capa -no menos mágica que la casulla del toledano-, el báculo como palo mayor y, ahorrándose, como buen hijo del Penedés, el pasaje. Inventor del windsurf y el esquí acuático, el más destacado jurista del XIII es patrono de los abogados. El asesor y confesor de Jaime I (ens cal decretalistes, legistes i furistes si no seria vergonya nostra i de la nostra cort), vive en la configuración jurídica del Regne de València, que nos hizo más libres de lo que se estilaba en aquellos tiempos.