No puedo dejar de soñar
que habrá un día en el que ETA no matará... Un día en el que dejaré de tener miedo cada vez que suene el teléfono después de una explosión... Un día en el que podré creer que las personas hablamos, discutimos y nos enfadamos en la misma sana proporción con la que nacemos, crecemos, amamos y finalmente morimos.Pero no, no puedo nada más que despertar a esta cruda realidad que me imponen los asesinos que sólo saben hablar a través de la muerte. Y llorar, simplemente llorar mientras se me encoge el alma. Basta ya. Gora España. Viva Euskadi. Fuera ETA.- . .
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