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Entrevista:FRANCISCO MARTÍNEZ DE CONTRASTADIRECTOR DEL PREMIADO COLEGIO DIOCESANAS

"Los padres aún creen que el futuro sólo está en la universidad"

Es el máximo responsable del colegio Diocesanas, uno de los mayores centros educativos del País Vasco, recién galardonado por el Ministerio de Educación con el primer Premio a la Calidad Educativa, que se concede según el modelo establecido por la UE. Francisco Martínez de Contrasta (Araia, 47 años) es ingeniero industrial y director de Diocesanas desde hace 14 años, período en el que se ha convertido "en un centro de referencia" con sus 4.500 alumnos de ESO, Bachiller y Formación Profesional. Pregunta. ¿Qué aspectos ha valorado el ministerio para otorgar a Diocesanas este premio?

Respuesta. Fundamentalmente, la aplicación del modelo europeo de calidad en la gestión del centro. Deben pasar tres años desde que se implanta hasta que consideran que se encuentra asimilado y nosotros llevamos cinco. Su implantación se ha convertido en una decisión estratégica que figura en el plan vasco de Formación Profesional para su aplicación en todos los centros.

P. ¿Qué rasgos característicos tiene este modelo?

R. Obliga a que las actividades del centro se orienten a satisfacer las necesidades de los usuarios, en este caso alumnos y empresas. También debe hacerse con la participación de todo el personal en base a un trabajo en equipo. Otra característica señala que la gestión y la organización tienen que contar con procesos integrados que eviten la compartimentación entre departamentos. Esta gestión se hace con datos, indicadores que nosotros establecemos. El último aspecto pasa por un liderazgo claro del equipo directivo. Este proceso se ha traducido en la existencia de sondeos periódicos entre ex alumnos, empresas y estudiantes para conocer su opinión sobre nuestro funcionamiento. Se trata de mantener un intenso diálogo con el entorno

P. ¿En qué medida se establecen vínculos con las empresas?

R. Lo hacemos a tres niveles. Por un lado, con una colaboración de las empresas en las prácticas obligatorias de los alumnos en centros de trabajo, por lo que hemos suscrito 500 convenios con industrias de Alava. Otro nivel lo marca la formación continua de los trabajadores de esas empresas que se dirigen a nosotros, aspecto que en los últimos años ha crecido de una manera impresionante. Nos da mucha información para saber qué demanda el mercado. El último plano es el establecimiento de acuerdos con las organizaciones empresariales, sobre todo en el terreno de las pymes.

P. ¿El éxito o fracaso de la Formación Profesional se mide en el grado de inserción laboral de los alumnos?

R. Si, yo diría que se traduce en ver si somos capaces de dar respuesta a las necesidades de las empresas. Visto desde el centro, el éxito es comprobar si los alumnos se insertan en el mercado laboral en un tiempo prudencial, menos de un año. Además, éste es el indicador para que una especialidad viva o muera. Si una disciplina tiene una baja inserción laboral, nosotros la quitamos o reducimos el número de titulados.

P. ¿Ha evolucionado la imagen social de la Formación Profesional tal y como pretenden las administraciones?

R. En los alumnos está cambiando mucho la percepción, no tanto en los padres. Ellos mantienen los estereotipos según los cuales el futuro está en la universidad. Muchos hijos les presionan para hacer FP al margen de que luego puedan ir a la univerdad o no. A mí de hecho me parece que es muy bueno pasar previamente por la Formación Profesional, pues si un ingeniero no ha conocido directamente el funcionamiento de las máquinas se encuentra en cierta medida mutilado, porque no conoce la tecnología. Los alumnos hacen mucha presión en sus familias e incluso se crean conflictos por este motivo. Además, el nivel académico de los alumnos que estudian FP es progresivamente mejor.

P. ¿La situación es similar en Álava y en las otras provincias según su experiencia?.

R. En Álava siempre ha tenido prestigio la Formación Profesional, pero sigue mejorando. Cada vez hay más alumnos que han hecho el bachillerato con buenas calificaciones y luego realizan estudios de Formación Profesional superior.

P. ¿Considera que la inflación de estudiantes universitarios ha desvirtuado el mercado laboral?

R. Está claro. En Europa, el 60% de los estudiantes hace inicialmente una formación profesional, y en el País Vasco no llega al 40%. Además hay un problema, y es que la gente que accede a la universidad lo hace mayoritariamente a carreras que tienen poca salida laboral. Sigue existiendo un déficit de titulados en determinadas carreras. Estoy convencido de que el flujo de alumnos está invertido en este país, y ya se escuchan voces de grandes multinacionales e industrias muy importantes que han advertido de la escasez en los próximos años de personal con Formación Profesional. La aspiración parece seguir siendo realizarse a través del estudio de una carrera universitaria. Y es que además una cosa no quita la otra: se puede hacer una formación profesional y posteriomente acceder a la universidad. En cualquier caso, es fundamental una actualización continua.

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