Moraleja
Qué frenesí motriz, el que nos agita. Pinochet el asesino será devuelto a Chile (o lo está siendo mientras aparece esto: es tan rápido el humanismo oficial y tan pronto el olvido gubernamental), mientras que Eliancín, el niño-frontera, no está siendo devuelto al su padre en la su Cuba, pero Maradona sí que llega a la isla, para someterse a feraz tratamiento contra la droga, esa lacra de nuestro siglo, y así lograr convertirse de nuevo, con la ayuda de Castro (que ya ayudó a Ochoa a despedirse de las sustancias tóxicas, fusilamiento mediante), en un ejemplo para la juventud, balsera o no.O sea, que todo va bien, porque no es un ejemplo en absoluto pernicioso para nadie que el dictador, el torturador, el desaparecedor (y perdonen el palabro) de personas, se vea libre y a salvo en casa, sólo porque el pobrín anda como pochito. Y eso gracias a Inglaterra, que no tuvo compasión de otro provecto caballero que se extinguió en sus cárceles, de nombre Rudolf Hess. ¿Se habría atrevido el caballero Straw a desafiar las iras de la comunidad judía mundial dejando en libertad a un nazi sin juzgar, por razones de salud? He aquí una pregunta para los expertos en crímenes contra la humanidad (entre los que habremos de incluir, si somos coherentes, la suelta de exterminadores de la humanidad). Tampoco es un ejemplo pernicioso para los niños del mundo que EE UU haga lo que le cantan los gusanos con Elián, dando pie, además, a que Castro haga lo que le pasa por las barbas con Elián. Eso sí, cómo nos escandaliza Maradona.
Con todo, tanta agitación tiene un final feliz, pues dos felices damas (dos chicas guerreras, podría decirse) se juntan y se asientan. Se trata de la señora Cherie Booth (esposa de Blair y encinta de Tony) y de la señora Clare Montgomery, una de las defensoras de Pinochet, la que dijo que lo perpetrado por el general no le parecía genocidio sino algo parecido a lo que ocurre en nuestras comisarías europeas. Ambas serán dos de los socios de la firma Matrix Chambers, un nuevo bufete de abogados que anteayer se presentó en Londres. ¿A que no saben en qué se especializarán? En Derecho Público y derechos humanos.
Tocaríame los cataplines, si no fuera porque los tengo catatónicos.
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