Sobre el Teatro Real
Es muy lamentable la reseña de su colaborador Jesús Ruiz Mantilla El Real pide amparo a la Virgen. Los temas musicales y aún más los operísticos requieren verdaderos especialistas. Si no, se corre el riesgo de hacer el ridículo, y un periódico como EL PAÍS debería al menos someter un escrito como ése a la consideración previa de sus críticos musicales Enrique Franco y Juan Ángel Vela del Campo. Ellos habrían impedido el sonrojo de los aficionados al ver publicada una cosa así.El autor de la reseña debería saber que el bel canto estaba más que superado cuando se escribió Margarita la Tornera. Que esta ópera tiene de casticismo lo mismo que Tristán e Isolda. Que la leyenda recogida en Margarita la Tornera proviene de la Edad Media y aparece ya en Alemania y en las Cantigas de Alfonso X el Sabio en esa época.
En nuestro siglo, un autor de la importancia de Maurice Maeterlinck la utiliza en su Soeur Beatrice (1901). O sea que de ese argu-
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mento "entre caduco e ingenuo" se valieron también Lope de Vega, Avellaneda, Arolas, Charles Nodier y José Zorrilla, entre otros ingenuos.
El contraste con los otros teatros del mundo es también cuestión que preocupa a Ruiz Mantilla. ¡Será mejor el autor de El Gran Gatsby que Ruperto Chapí, rey durante cerca de cuarenta años de la escena lírica española e indiscutible genio músical! ¿Cree usted que una figura como Plácido Domingo, a quien todos debemos reconocimiento por ello, se hubiera prestado a contar una simple historia de monjitas y milagros?
Ópera "rancia", recuperada por el gobierno del PP para castigar a los aficionados españoles, Margarita la Tornera mereció el elogio de los mejores críticos en la época de su estreno; gente como Luis Villalba, Manrique de Lara o Isaac Albéniz, que escribió a Chapí una carta que hoy cobra actualidad, y donde le dice: "No me extrañan tus quejas hacia los currinches de nuestra tierra; tampoco me extrañaría que te sintieras agobiado, no por la incomprensión del público en general, sino por la famosa mala voluntad en reconocer el esfuerzo y el talento que desde hace tantos años tienes demostrado...".
En fin, eso de que la obra "gasta leyenda de mal agüero" porque su autor murió después de componerla y estrenarla, nos impediría, por ejemplo, poner Parsifal o, peor aún, Turandot, ya que en esta última el autor murió mientras se componía. Cosas leyeres...
El Real no tiene que pedir amparo alguno a la Virgen para seguir siendo el gran teatro que es. Pero tendrá que pedir protección si en la prensa se permite escribir sobre música a gente tan poco preparada para ello.- Andrés Ruiz Tarazona. Director General del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música. Madrid.
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