Pujol rechaza el gran pacto contra los populares propuesto por Maragall
Convergència i Unió (CiU) no va a propiciar un pacto a la balear para desbancar al Partido Popular del Gobierno central si finalmente los conservadores ganan las elecciones generales de marzo. El presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, rechazó ayer desde Lyon la propuesta lanzada el martes por Pasqual Maragall de formar un Ejecutivo central entre el PSOE y los nacionalistas y regionalistas, principalmente porque las distancias entre CiU e Izquierda Unida son insalvables. "No me lo imagino", subrayó Pujol.
Pujol viajó ayer a Lyon, donde fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad Lumiére Lyon II y donde se entrevitsó con el alcalde de esta ciudad francesa y exprimer ministro, Raymond Barre, y con la presidenta del Consejo Regional de Rhône-Alpes, Anne-Marie Comparini.El presidente catalán se mostró muy reacio a manifestarse sobre futuros pactos poselectorales. Con ello pretendía evitar que toda la atención mediática y preelectoral se centre en las preferencias de CiU para alcanzar acuerdos de gobernabilidad tras las legislativas y arrancarle así a Pujol que se defina claramente entre PSOE o PP. "El objetivo de CiU no es pactar con nadie, sino obtener buenos resultados", aclaró.
Pero a menos que los socialistas abandonen a supuestos futuros socios de izquierda, en concreto a Izquierda Unida, CiU no está por la labor de satisfacer los intereses de Maragall y del secretario general de los socialistas, Joaquín Almunia. Sobre todo porque los programas electorales entre CiU e IU son antagónicos.
En la misma línea de Pujol se manifestó el presidente de Castilla-La Mancha, el socialista José Bono, quien afirmó que la propuesta de Maragall "tiene dificultades considerables y podría resultar hasta contraproducente". En declaraciones a la Cope, Bono subrayó, no obstante, que "a La Moncloa se llega con millones de compañeros de viaje y por tanto cuantos más haya, mejor". Bono afirmó que hay que evitar que el PP y CiU "se repartan dividendos con el territorio de España o de Cataluña, porque ni Aznar es España ni Pujol es Cataluña".
Pujol, por su parte, dijo que la base de cualquier pacto está en el programa nacionalista catalán, es decir, en conseguir un incremento sustancial del poder político y financiero de la Generalitat. "Y nos vamos a poner muy tozudos si tenemos que pactar con alguien", añadió el presidente. Por este motivo, una de las primeras reivindicaciones de CiU será la publicación de las balanzas fiscales entre Cataluña y España, una petición aprobada dos veces en el Congreso de los Diputados pero que el Gobierno central nunca ha cumplido.
"Si nuestro programa fuera ninguneado no podríamos pactar ni con unos ni con otros", advirtió Pujol. Pero lo "lógico, conveniente y mejor" es que CiU llegue a acuerdos con el partido que obtenga más diputados y que sea capaz de conseguir una mayoría estable de Gobierno. Para el líder de CiU, este punto es fundamental porque ello asegura "estabilidad, la mayor virtud política, gobernabilidad y eficacia".
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