Tigres en paro: un domador permanece desde el verano en un descampado de Torrevieja con sus fieras por falta de trabajo
El italiano, los tigres y el león. No es el título de un cuento infantil, sino la viva y cruda historia de la decadencia del circo, y un botón de muestra de la crisis laboral en la que andan sumidos malabaristas, payasos, equilibristas y domadores de fieras. En un descampado de La Mata, pedanía de la turística ciudad de Torrevieja, el italiano Gian Franco Caminoti, de 48 años, quedó varado el pasado verano con sus fieras: cuatro tigres y un león. Inició una gira por España, pero problemas familiares y económicos le impidieron culminar con éxito su aventura.Se estableció en precario en un solar de titularidad privada, rodeado de adosados ocupados por vecinos, acostumbrados ya a los rugidos de las fieras. La dueña del terreno se ha cansado de su peculiar inquilino, y ha conminado al domador a que busque otro emplazamiento para los animales.
Gian Franco llegó a Torrevieja con la intención de exhibir sus fieras en una exposición, ganar algún dinero y marcharse a otro lugar. "Yo me quiero ir de aquí, pero no tengo dinero ni sitio para instalarme", asegura. Para su desgracia, el domingo por la tarde, cuando regresaba de la localidad de Pobla de Vallbona (Camp de Túria) de exhibir a una de sus fieras, fue interceptado por la Guardia Civil, a la altura de la Font de la Figuera. Los agentes le comunicaron que no se pueden trasladar tigres tan alegremente, como si fueran perros falderos.
Pero para Gian Franco, sus felinos son la mitad de su vida. Su modo de vida, la forma de ganarse el sustento. Les abre la boca e introduce en ella su cabeza, y juega con ellos como si se tratara de cachorrillos de cualquier animal doméstico.
¿Qué hacer con un tigre en mitad de una carretera? Los agentes de la Guardia Civil de Tráfico optaron por avisar a sus compañeros del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), quienes levantaron acta de aprehensión y de infracción a la ley de contrabando. Al parecer, los papeles del animal no están en regla. Esta especie, Phantera Tigris, está protegida en el convenio internacional CITES. Impasible a la Guardia Civil, el felino seguía en su remolque, aparcado en el arcén de la N-430. Tras varias gestiones, los agentes optaron por confiar el animal a su dueño. No hay en la Comunidad Valenciana un lugar para depositar tigres, así que la fiera regresó al descampado de La Mata en el remolque sin matrícula tirado por el viejo Mercedes del italiano.
El domador asegura que cuando lo interceptaron no llevaba encima toda la documentación, porque la había olvidado en casa. Sus fieras "tienen los papeles en regla", sostiene.
A pesar de las quejas de algunos vecinos, Gian Franco recibe la ayuda de otros lugareños, sobre todo en la alimentación de los felinos. Algunas carnicerías de la zona le procuran despojos, aunque a veces se ve en serios apuros para reunir los cinco kilos de carne diarios que precisa cada animal.
Este nómada sin fortuna reclama más comprensión para la gente del circo y la feria. "Ir de un sitio para otro es nuestra vida, nuestro trabajo, y sólo queremos que nos dejen trabajar en paz".
Ahora espera remontar su suerte, salir del bache económico y seguir muy cerca de sus animales. No cesa en su empeño de buscar trabajo, de que alguien le contrate para que la gente vea cómo es capaz de amansar a sus tigres con nombre propio: Bengala, Racha, Shangai y Elda, y cómo domina a su león Simba.
Mientras tanto, Gian Franco sigue en el descampado de La Mata, con sus animales enjaulados, protegidos de curiosos por una valla metálica y sus perros guardianes, recibiendo quejas vecinales y sorteando sanciones.
El italiano, los tigres y el león: la historia real de la decadencia circense.
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